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sábado, 5 de diciembre de 2015

Los Afanes de la vida.


Lucas 21:34 "Estén alerta, no sea que sus corazones se carguen con disipación, embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre ustedes como un lazo"

Esta es una exhortación a velar.
En nuestro día a día se nos presentan cualquier cantidad de invitaciónes para distraernos de nuestro norte como creyentes y desenfocarnos con ansiedades que por mucho que nos preocupemos, no les daremos solución, de no actuar bíblicamente.
Dice Filipenses 4:6 Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios.
Luego de tanta distracción por cualquier tipo de noticia, unas ciertas, otras amarillistas...y caer en el juego del sensacionalismos y rumor de algo que no hemos constatado; Nos convertimos en multiplicadores de preocupación y empujamos a la gente a caer en el lazo del maligno.  Y Luego  con el pretexto de desestresarse, caen en disipación, que no es otra cosa que: Entrega fácil o frecuente a las diversiones que les lleva a la falta de concentración, excesos y falta de temor a Dios- Todo esto es una forma de tela de araña que  arma el enemigo y en la que muchos caen fácilmente por su vulnerabilidad espiritual, falta de madurez y ambivalencia.
Dice Marcos 4:19 Pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.
Esta porción inicial viene advirtiendo el deber de estar preparados y no le agarre a nadie por sorpresa la Venida del Señor. Que Sus hijos no estén distraídos, que quienes dicen conocerle actúen como quienes realmente le conocen, y que todos entiendan que ya no es tiempo de andar enredados en los afanes de la vida, dejándose llevar por el boom del momento, desconcentrados de Cristo y teniendo todo por moda, como si el evangelio fuese desechable o Dios un objeto que se quita y se pone a conveniencia, solo en los momentos donde no hay nadie más a quien acudir.
Esto es serio, es un llamado formal, no es cuestión de temperamentos, de cultura ni de la situación de un país. Es tu condición ante un Dios que no juega y te dice "eso no te conviene, eso no me agrada, eso te perjudica".
Un hijo del Altísimo se debe cuidar de ser una persona voluble, de doble ánimo y falto del amor correcto por el Padre. Porque vivirá un cristianismo superficial, mediocre, a base de experiencias y palabras de otros...pero no llegará a la eternidad con Cristo.
Pongamos cada cosa en su lugar, y tomemos la seria decisión de deshacernos de lo que no edifica y nos aleja del cielo. Comenzando por amistades, lo que miramos o leemos, lo que vemos por TV y hasta los lugares que visitamos.
Tomemos en cuenta este alerta del cielo. 

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