No Demos Cabida
Al Egoísmo.
1 Corintios 10:24 No hay que buscar el bien de uno mismo, sino el bien de
los demás.
Muchos fuimos criados bajo el esquema del egoísmo como mecanismo de defensa
en contra de los abusos de la gente o por los miedos infundados por nuestros
padres según sus vivencias, cultura o temores. Comienzo por decirles que eso
está fuera de todo contexto bíblico y del diseño de Dios para Sus hijos.
Lamentablemente, esa enseñanza ha penetrado tanto a todo nivel que ha
llegado hasta la iglesia. Entonces, cuando la gente llega al templo es
necesario sacarle ese Ship para meterle el del Reino de los cielos, que dice:
“Ninguno busque su propio bien sino el del otro” porque solo así podrá comenzar
a vivir bajo los Principios del Reino.
Esta es una regla simple para actuar con “sensibilidad y gracia” ante
nuestro prójimo.
Todo creyente debe comenzar por entender lo que significa ese amor puesto
en práctica, entendiendo que el amor genuino no busca su propio interés. Cuando
tenemos clara esta premisa y la llevamos a los hechos, esto nos va a ayudar a
mantener el ego sujeto a la voluntad de Dios y a no engancharnos en discusiones
y reclamos de derechos que según nosotros son legítimos o tenemos derechos a
ellos.
La persona egoísta: es aquella que tiene un excesivo aprecio de sí misma y
se enfoca en darle prioridad a sus intereses los cuales atiende desmedidamente,
sin procurar el de los demás. Este sentimiento se halla totalmente enfrentado
con la esencia de Dios en nosotros, que es el amor; Porque el egoísmo es una
forma de idolatría, donde la persona se pone como centro de su propio mundo.
Dice: Proverbios 18:1 El egoísta busca su propio bien; contra todo
sano juicio se revela. Y cuando el “Ego” domina nuestras vidas, somos
injustos con los demás y siempre tratamos de justificarnos. 1 Corintios
10:33 dice: Así como también yo procuro agradar a todos en todo, no buscando mi propio
beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.
Algunas veces es difícil saber cuándo marginamos al débil, por eso el
apóstol Pablo nos muestra una regla fácil para ayudarnos a medir nuestras
actitudes: Y es actuar con amor y solidaridad- Al tener libertad en Cristo, no
deberíamos usarla al costo de herir al prójimo.
La tendencia de los seres humanos en estos tiempos es como la descrita en: Filipenses 2:21 Porque todos buscan sus propios intereses, no los de
Cristo Jesús. Debemos tener
sumo cuidado con estar comportándonos de esa manera, porque esto es ¡Una
antítesis de lo que propone Dios!, nos encontraríamos actuando con un carácter
y una actitud totalmente sublevada al orden Divino.
Para
no caer en estos extremos, solo lo lograremos con una vida totalmente rendida
al Señor, sencillamente porque así funciona la lógica Divina. Debemos ir todos
los días, presentarnos ante la luz de Su Presencia y allí a cara descubierta
“Rendirnos”. Dice: Mateo 23:12 Y cualquiera que se ensalce, será humillado,
y cualquiera que se humille, será ensalzado.
Esto de buscar el bien de los demás antes que el nuestro, es un buen
antídoto en medio de un mundo tan envidioso y competitivo en el que nos ha
tocado vivir. Cuando queremos agarrar impulso con motivaciones incorrectas como
“la envidia o el egoísmo”; Esta Palabra se puede convertir en una pared en el
camino que nos rebota y solo nos queda volver al lugar de humildad, sencillez y
solidaridad. Esto mata los celos, erradica la envidia, aplasta el egoísmo y nos
lleva a ser perfeccionados en el amor. En pocas palabras… “Nos devuelve a la
cruz”.
Mateo 7:12 dice: Así que, todas las cosas que queráis que los
hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Algún día
seremos nosotros los que estaremos del otro lado; En el lugar en el que
necesitamos ser tolerados, bendecidos y amados, así no lo merezcamos. Y veremos
la cosecha de haber sembrado el bien y la justicia de Dios, y estarlo
recibiendo en ese tiempo de debilidad.
¡Amemos a la manera de Dios!
solo en Cristo podemos vencer el egoísmo
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