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lunes, 27 de octubre de 2014

Como alcanzar la sanidad con responsabilidad.


Éxodo 15:26 "Si escuchas atentamente la voz del Señor tu Dios, y haces lo que es recto ante Sus ojos, y escuchas Sus mandamientos, y guardas todos Sus estatutos, no te enviará ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. Porque yo soy el Señor tu sanador"

En estos tiempos se hace un poco difícil mantenerse totalmente sano, quizás por la contaminación, la clase de alimentos que conseguimos para consumir y las responsabilidades por cumplir que nos sabotean llevar una buena disciplina de vida...pero no es imposible.
Comencemos por tomar en cuenta que los cristianos somos "Templo del Espíritu Santo", al cual no cuidamos con la dedicación que se debiera para mantenerlo libre de enfermedades. Entre el sedentarismo, los excesos en la ingesta de alimentos y el infringir la ley de Jehová, nos estamos auto destruyendo, endosándose las enfermedades a otros culpables.
El enemigo de nuestras almas quiere vernos postrados e inoperantes para desarticularnos en el destino profético que debemos cumplir honrando a Dios aquí en la tierra y al nosotros no cuidar el templo le damos la autoridad legal y la apertura para que opere en cualquier forma de enfermedad en nuestro cuerpo.
El verso inicial viene hablando del Dios sanador, pero antes del enunciado señala una cantidad de responsabilidades a seguir para disfrutar saludables como beneficio de nuestra obediencia:
* Escuchar la voz de Dios. ¿Le consultamos lo que es bueno y de provecho para e organismo o leemos para aprender? Es bueno prestar nuestro oído a su instrucción para no dar pasos en falso.
* Hacer lo recto ante Sus ojos. La mayoría de las reuniones de los creyentes consta de invitaciones para grandes comidas poco saludables en su mayoría- Coinonía destruyendo el templo no sirve de nada bueno. Dice Proverbios 23:2 dice: Pon cuchillo a tu garganta si tienes gran apetito.
* Escuchar Sus mandamientos para guardar Sus estatutos. Como por ejemplo Proverbios 28:7 El que guarda la ley es hijo prudente; mas el compañero de glotones avergüenza a su padre. Y 2 Timotéo 2:5 El que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
La promesa de salud del Señor sobre nuestras vidas, es una responsabilidad compartida: Cuida el templo y guarda sus mandamientos, entonces El promete que no te tocará enfermedad- Solo abraza esta promesa y haz compromiso de manejarte con conciencia espiritual.
Termino con esta promesa de esperanza: Isaías 53:5... Por Sus heridas alcanzamos sanidad.

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