No Lo Apagues.
1 Tesalonicenses 5:19 "No apaguen el Espíritu"
Desde el momento en el que decidimos abrazar una vida de fe en Dios y le entregamos enteramente nuestro corazón, el Espíritu Santo comienza un proceso de cambio en nuestras vidas en la medida en que vayamos cediéndole terreno.
Es maravilloso comenzar a ver la luz en aquello que antes resultaba borroso para nosotros y que esa luz del Señor por medio de Su Espíritu disipe toda tiniebla en nuestro interior. Después comenzamos a experimentar mayor claridad y revelación al momento de leer las Escrituras y esto produce una sensación de saciedad indescriptible. Luego comienzan los dones espirituales a manifestarse y observamos por el espíritu y percibimos cosas mas allá de lo que nunca antes habíamos experimentado.
Esto no le ocurre a unos si y a otros no, porque Dios no da Su Espíritu por medida (Juan 3:34) La salvedad es que le ocurre a los real convertidos a los que han experimentado un nuevo nacimiento en Cristo.
Pero de lo que nos debemos cuidar en medio de esta aventura de fe y revelación es de dos enemigos de la luz: "los impostores de la fe y los apaga fuego".
* Los impostores de la fe: son doctrinas o revelaciones falsas que se nos presentan en el camino; y por no tener una buena base bíblica doctrinal, creemos que cualquier cosa que parece bonita viene de parte de Dios, llámese falsos profetas o falsos maestros, libros con contenido espiritual que violentan principios bíblicos pero suenan bien, falsa revelación dada a ti en sueño o por otro y hasta hechicería disfrazada de acto profético.
Son esos dardos del maligno que menciona Efesios 6:16, que si no estamos bien arraigados en Dios, con el escudo de al fe en alto y cubierta nuestra cabeza con el casco de la salvación, podríamos salir lesionados- Y es más fácil caer que levantarse.
* Los apaga fuego: son una suerte de atajos o distracciones que siempre se nos van a presentar por delante para desenfocarnos, con el fin de conducirnos a un témpano de hielo para enfriarnos y así anularnos. Esto podría ser la búsqueda de la popularidad ilegítima tratando de robarle la gloria a Dios, el involucrarte en actividades donde Dios no te envió, comenzar a amar más los deleites terrenales antes que a Dios, tratar de agradar a todo el mundo olvidando que nuestra misión es agradar al Señor primeramente, etc.
Vamos a mantenernos alertas e ir a diario al Altar de Su presencia buscando dirección, llenura y fuego. ¡Porque fuego enciende fuego!
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