La Garantía de permanecer en Dios.

1 Juan 4:16 "Y nosotros hemos llegado a saber y a creer que Dios nos ama. Dios es amor; El que permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él"

Una de las cosas más maravillosas del hecho de conocer a Dios, es experimentar a diario Su gran amor para con nosotros a pesar de nuestras fallas. Ese amor no se puede comparar a ningún otro, ni se puede medir; pues no se trata de un amor teórico, sino que no los viene demostrando desde el día que fundó el mundo, y día tras día podemos disfrutar de cada detalle de Su inmenso amor aun cuando sabemos que no lo merecemos; Porque lo entrega sin medida y sin condiciones, trasciende toda barrera humana existente, no te condena, ni te da la espalda en el peor de tus días y mas aun... hasta podemos percibir Su dulce abrazo en esos momentos cuando nos sentimos solos.

Y de tanto amor entregado por El, debería haber lo suficiente en el depósito de nuestro corazón como para darle hasta a nuestro peor enemigo. Porque es justo la evidencia de ese amor de Dios en nosotros el hecho de "Permanecer en el"; es decir, en ser instrumentos que evidencien a diario el amor hacia nuestro semejante- Se trata de ser compasivos, visitar a los que están en la cárcel o en el hospital, ayudar al necesitado, asistir a la viuda o al huérfano, ayudar a nuestros hermanos en problemas, impartir el amor de Dios de una u otra forma porque esa es la "evidencia" que permanecemos en El y El en nosotros. 

Conste que no se trata de cumplir una cuota de responsabilidad como el que quiere salir de eso y limpiar la conciencia, sino mas bien como parte de nuestra adoración diaria al Padre.

Dice la biblia que el cumplimiento de toda la ley es el amor; por eso recalqué que no son obras hechas como autómatas, sino que viene siendo como la causa de ser invadido por ese inmensurable amor Celestial que no podemos contener ni quedárnoslo para nosotros.

El amor es la causa de todo lo que existe, por eso el Eterno requiere de sus hijos un corazón disponible, entero, incondicional, perdonador y servicial.

No dejemos que la frialdad de este sistema apague la llama del amor de Dios en nuestras vidas.