He tenido la oportunidad
de conocer a varios líderes religiosos de muy cerca, como también Dios me ha
permitido ejercer liderazgo en ciertas oportunidades. Y en mi experiencia
personal, lo que más he aprendido de estas vivencias, es lo que No Debe Hacer
Un Líder…
Un error garrafal en el
que incurren vez tras vez estas personas con cierta autoridad y estatus, es
subestimar a la gente que les rodea; Pretender usar el mismo trato o la misma
clase de discurso con todos; y hasta usurpar el rol del Espíritu Santo en
cuanto al trabajo de supervisión y pastoreo- Porque tienden a poner a prueba a
la gente, tratando que pasen por un tamiz sumamente estrecho- A lo que llaman
“proceso” (pero termina siendo proceso de hombre, no de Dios).
Una actitud demandante es
factible para impulsar a los poco comprometidos o lentos; Quizás aún más para con
los líderes en formación. Pero eso debe ir acompañado de un feed bag
espiritual, donde deben ser escuchados, ministrados, aconsejados y ayudados en
todo aquello que lo requiera; pero “sin crear dependencia”.
A veces no dejan que la
gente piense ni tomen decisiones por sí mismos, para que maduren y aprendan de
sus propias experiencias. Solo dan órdenes y no permiten que se haga nada sin
su aprobación; hasta en la vida personal de sus discípulos.
Otros son líderes VIP,
solo apoyan desde la tarima, pero cuando alguien necesita reunirse con ellos o
manifestarles algo; No tienen tiempo o sencillamente afirman que no les gusta
dar citas ¡Que cada quien resuelva lo suyo! Están muy ocupados en sus asuntos
personales.
También conozco esos que
todo lo quieren arreglar como los partidos políticos: A punta de ofrecimientos,
que a la final, ni los cumplen. Solo desean estar rodeados de gente que los
adula, que a todo le dice amén y que los sigue ciegamente.
Un líder eficaz y
alineado a la Palabra de Dios Lucas 2:52
lo describe así “Y Jesús crecía en
sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.”
Es aquel que está
enfocado en imitar a Cristo y crecer con su gente. “Modelar a Jesús”- Y no solo
hacer las veces de “jefe” bajo el eslogan: Este es mi estilo personal, yo soy
así, sígueme si quieres.
Y es que aunque todos somos
diferentes y nos desenvolvemos según la gracia y los dones que el Padre ha
depositado en nosotros, independientemente de nuestro temperamento, “Debemos
esforzarnos por seguir el modelo de Jesús”.
El mundo gime en la
espera de la manifestación de los hijos de Dios. Y la iglesia está enferma,
llena de gente mal formada, mal tratada y hasta abusada por esos estilos de
liderazgos obsoletos, carnales y fuera del diseño de Dios. ¡¿Qué imagen estamos
manifestando!?
Pido perdón por mi tono
exhortante en esta oportunidad, pero el celo por la casa del Señor me consume.
Hay ciertas cosas que se deben denunciar, porque con urgencia se deben
corregir.
Hoy ordeno a la
manipulación, a la arrogancia, a la altivez espiritual, a los trasquiladores y
mutiladores el cuerpo, a los falsos maestros y falsos profetas, a las
filosofías huecas, a la iniquidad y pecados ocultos, a las motivaciones
incorrectas, y a toda falsedad del diablo que salga de la iglesia del Señor, en
el poderoso nombre de Jesucristo. Y establezco el diseño Divino en la casa del
Señor, y Sus hijos, Su gracia; su paz, Su revelación, Su reino y su disciplina
aplicada correctamente. Declaro que el temor a Dios reinará en el corazón de
todos sus líderes, y el amor del Padre invadirá sus corazones para que impartan
con sabiduría del cielo, todo aquello para lo que han sido comisionados.
Y doy un aplauso a todos
aquellos líderes, que han aprendido de sus mismos errores y eso los ha hecho
ser más humildes y maduros, que han reconocido sus debilidades, que no hacen
acepción de personas, y apacientan a la gente con justicia y amor.
¡Gloria a Dios por ellos!
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