Un divorcio, la pérdida de un empleo, un luto reciente, una enfermedad, estar en un difícil embrollo, etc. Nunca serán un punto y final de las cosas buenas que tiene Dios para sus hijos, sino un punto y aparte para un nuevo comienzo fuera de nuestra zona de confort, lleno de nuevas oportunidades y experiencias memorables.
Dice Isaías 40:31 Pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.
El punto neurálgico en estos nuevos comienzos, son "las nuevas fuerzas" que ofrece el Padre a los que confían y esperan en él- Para levantar el vuelo, correr y caminar, en esta nueva dimensión que nos conduce a nuevas experiencias, aprendizages, bendiciones y victorias.
Nuestra reacción común en estos escenarios rudos de la vida, es el cansancio, los pensamientos negativos o fatalistas por ese golpe bajo anuestra fe y las tristeza por ver esa situación negativa vista como un fracaso. Aunque algunos son más optimistas, pero en su humanidad no les deja de doler ese estremecimiento que les tomó por sorpresa.
Pero "no estamos solos". Dios se hace fuerte en nuestra debilidad por medio de Su maravillosa Gracia. Nos vuelve a levantar, sana nuestras heridas, nos da más fe y sabiduría, y nos muestra por donde continuar.
La historia de Cristo no terminó al ser crucificado, ese día solo fue una parte del relato, del cual faltaban unos capítulos muy importantes.
La resurrección es el mejor ejemplo de esa nueva oportunidad, para tu sanidad, prosperidad o restitución de cosas que considerabas ya perdidas.
Ni todas las fuerzas del infirno pudieron mantener a Jesús en la tumba- Y contigo tampoco podrán, porque El Victorioso vive en ti.
El poder para un nuevo comienzo solo lo podemos encontrar en el Espíritu Divino que mora en nosotros. Porque no hay fuerza humana ni psicología que lo pueda hacer.
Siempre es oportuno recordar que en nosotros opera el mismo Espíritu que levantó a Cristo de entre los muertos, lo dicen las Escrituras.
Hay que volver a soñar, reorganizar nuestros planes, sacudirnos el polvo y renunciar a lo negativo; aferrarnos solo al Señor y esperar lo mejor de él.
Entonces ese poder resucitador del Eterno va a comenzar a oparar en tus nuevas metas y objetivos, para que conquistes y poseas todo aquello que el Altísimo te prometió.
Esos errores y fracasos, solo son parte de la escuela; El preámbulo a un nuevo amanecer.
A lo mejor no será tan fácil como desearías ni esncontrarás esa ayuda amiga que esperas. ¡Pero de que te levantas te levantas! Y con bandera de victoria, espíritu de conquista y una unción renovado.
El plan del Eterno con tu vida no ha terminado, solamente esfuerzate y se muy valiente. Que el tiempo de llorar pasará y vendrá tiempo de risas, celebración y alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario