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miércoles, 17 de junio de 2015


De Paso por 

el Desierto.


Nehemias 9:20,21 "Ademas les diste un buen espíritu para instruirlos; jamas les faltó el mana que le enviaste, y les diste agua para calmar la sed. Durante cuarenta años les diste de comer en el desierto, y nunca les falto nada: ni se desgastaron sus ropas ni se les hincharon los pies"

El periodo del pueblo de Dios en el desierto, en la mayoría de los casos es interpretado como un castigo; Pero desde otro angulo puede ser visto como una "oportunidad" o una escuela para desarrollar la fe- Para entender esa faceta del amor del Padre, que aunque sus hijos andaban extraviados: los bendijo con agua, alimento, prolongó la vida útil de sus vestidos y les dio salud...Aunque en el momento ellos no lo percibieron.
A lo mejor estés pasando por un desierto personal, sea económico, familiar, ministerial, o de cualquier otra índole. 
Lo primero que debes entender es que tus mismos pies te llevaron a ese lugar, comienza reconociendo tu parte de la responsabilidad. Y entiende que cada peligro que enfrentes, si buscas el auxilio del Señor, te ayudará a vencer miedos y a aprender lecciones.
Es necesario que te enfoques en el propósito Divino y no solo en la inclemencia del calor, los animales y las carencias; Comienza a creer que esto definitivamente esto es la antesala a grandes bendiciones.
Dice Deuteronomio 8:2 Acuérdate de todo el camino que el Señor te hizo recorrer en el desierto cuarenta años, para que te doblegaras y fueras puesto a prueba, a fin de conocer tus pensamientos y saber si ibas a cumplir o no Sus mandamientos.
Es tiempo de activar tu fe, fortaleza y constancia para no quedar postrado y tapiado por la arena. 
Si tomas la biblia como fundamento encontrarás respuesta y solución- Nada cambiará si sigues haciendo lo mismo. Ten en cuenta que las quejas y posición de víctima no te permitirán encontrar la salida. Es tiempo de rendirte aun mas a Cristo y no a las circunstancias adversas...
Dice Salmos 34:10 Los ricos se vuelven pobres y sufren hambre, pero los que buscan al Señor nunca les faltará ningún bien.
El Eterno no dejará de darnos el pan de cada día (mana físico y espiritual). Nuestra parte como hijos responsables y maduros es esforzarnos por salir aprobados y así llegar a poseer esa tierra prometida donde fluye leche y miel- Pero necesitamos estar preparados para gobernar en ese lugar, para implantar el Reino. 
Por eso: Aprendamos a valorar lo que ahora tenemos, seamos agradecidos, no titubeemos en la fe de quien prometió.... ¡Y estaremos listos para la conquista!

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