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martes, 23 de junio de 2015


Persiste.


Isaías 26:8 "Ciertamente, siguiendo la senda de Tus juicios. oh Señor, te hemos esperado; Tu nombre y Tu misericordia son el anhelo de nuestra alma"

Hay momentos en nuestra vida, en los que pareciera que todas las puertas se cierran, que nada sale bien o que el Señor se ha tardado en lo que hemos pedido vehementemente en oración. ¿Les ha pasado? Son esos días en que nos provoca salir corriendo por muy espirituales que andemos...Porque nuestra tendencia humana es menguan en la fe y dejar de esforzarnos para que eso ocurra.
Pero no es tiempo de darnos por vencidos, sino de mantenernos firmes y constantes, porque quien nos ha prometido "No miente ni se arrepiente", y lo que ha dicho con Su boca lo cumple con Su brazo.
En estos tiempos de tanta movilización y cambios, es necesario que los hijos de Dios nos sostengamos en lo que creemos y más firmes que nunca; De Mantenernos en el camino y con la perspectiva correcta sin soltarnos de la mano de nuestro Padre.
Dice Eclesiastes 7:5 Mejor es el fin del negocio que su inicio.
En ese lapso entre el principio y el fin, lo que nos lleva a paso constante sin detenernos se llama "Persistencia": que no es otra cosa que atender constantemente, sin dejar de orar y obrar, con la mirada puesta en la meta, sin tratar de tomar atajos y adheridos firmemente al autor y consumador de la fe- Jesucristo.
¡Insiste! nada puede sustituir tu persistencia. Sigue creyendo, sigue orando, sigue intentándolo; Esa puerta está a punto de abrirse de par en par y entrarás triunfante con bandera de victoria. No te dejes quitar lo que legítimamente es tuyo o para ti.
Dice Miqueas 7:7 Pero yo pondré mis ojos en el Señor, esperaré en el Dios de mi salvación; mi Dios me oirá.
No dañes tu motivación interna quitando la mirada del Señor y colocándola en el hombre; porque la promesa de recompensa de Dios es solo para los que esperan "en Él".
Persistir es pedir, es buscar y es encontrar: Por lo tanto corramos de tal modo que podamos alcanzar la meta.
Y mientras tanto, en el camino...Alabemos, aprendamos más del Eterno y Su voluntad, apliquemos lo que hemos aprendido de las Escrituras, y disfrutemos del aire y del paisaje mientras corremos.
A fin de cuentas, El es el socio mayoritario del negocio de nuestra vida y ha invertido la Suya para darnos la victoria.

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