Desenmascarando 

al Diablo.

2 Corintios 11:4 "Y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz"

El diablo desde un principio ha sido un "estafador mentiroso", porque la Palabra establece que es padre de mentira y su misión es mantenernos engañados; Es el maestro de los disfraces y los usa para que caigamos en sus trampas y que andemos: resignados, atemorizados, dudando, lamentándonos, angustiados, quebrados, enfermos, etc...Y terminemos pensando que es normal vivir en derrota, que no los merecemos o que es plan de Dios que andemos oprimidos.

Justamente la traducción de su nombre es: Usurpador, adversario, calumniador, acusador, opositor y enemigo.

Por lo que es vital pasar tiempo con Dios en oración, escudriñando Las Escrituras para desarrollar el "discernimiento e identidad cristiana", conocer la voz del Espíritu y Su diseño para nuestras vidas. Así, nuestros sentidos espirituales se agudizan y no caemos fácilmente en su red.

Dice Colosenses 1:13 Porque El nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al Reino de Su Hijo amado.

Cuando el Padre desenmascara al diablo de algún engaño en que nos quiere hacer caer o nos muestra cómo y donde está operando, es para darnos la estrategia y ¡aplastarlo!. Lejos esté de Su Verdad, que esa revelación sea para que nos sintamos atemorizados o victimas del mal- El guerrero ve al enemigo a los ojos, saca Su Espada y le corta la cabeza.

A fin de cuentas, ese es un enemigo vencido en la cruz que necesita que se lo recordemos.

Dice Apocalipsis 12:9 Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con el.

El siempre querrá amedrentarnos y sacarnos de nuestro destino profético, mantenernos dudosos y titubeantes de las Verdades Divinas y atemorizados.

Su plan esta es distraernos y creerlo muy poderoso para que no avancemos...Pero la verdad es que es un perdedor y nosotros somos "Más que vencedores".

Por eso debemos mantenerlo a raya, atado, des autorizarlo y echarlo fuera en el nombre de Jesucristo. Prohibirle seguir molestando y cerrarle la puerta en la cara. Cristo vino a deshacer la obras del diablo y nosotros debemos seguir Sus pasos con autoridad y fe.