La Letra y el Espíritu. 

2 Corintios 3:6 "El cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de letra sino de Espíritu. Porque la letra mata pero el Espíritu vivifica". 

Para darle el sentido correcto a este texto, primeramente necesitamos conocer el contexto; De no ser así, lo interpretamos de manera incorrecta y mal informamos a la gente de esta verdad Divina- Minimizando la importancia del estudio de las Escrituras para exaltar la importancia de la llenura espiritual y su mover. Si aniquilamos la relevancia del escudriñar la Palabra de Dios, contradecimos lo que el mismo apóstol Pablo afirmó en otros textos, como: Ocúpense de la lectura, exhortación y enseñanza (1 Tim 4:13); La Palabra de Cristo more en abundancia en sus corazones (Col 3:16); Usen bien la Palabra de verdad como obreros aprobados (2 Tim 2:15); Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil (2 Tim 3:16) etc. 

Dice Juan 6:63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo les he hablado, son espíritu y son vida. 

Dios había hecho al apóstol Pablo un ministro del Nuevo Pacto, y su aclaratoria implica que sus opositores enfatizaban solo el Pacto Antiguo o eran judaizantes. 

La Letra no tiene nada que ver con el estudio de las Escrituras, por lo tanto, nadie que se aboque al estudio de las mismas pierde la espiritualidad. Por algo la misma biblia afirma que el pueblo de Dios perece por falta de conocimiento... 

Dice Hebreos 4:12 Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 

Tal es la confianza de Pablo en el Señor y su llamado, que dijo al pueblo de Corinto y los religiosos de la época: Que tanto el como sus colaboradores eran ministros "competentes" del Nuevo Pacto. Un pacto efectivo en misericordia, amor y perdón; En cambio "la Ley" no podía cumplir su requisito mas básico de amor y misericordia. 

Busquemos el equilibrio como cristianos maduros, haciendo una cosa sin dejar de hacer la otra. Vamos a orar y llenarnos del Espíritu y Su poder, pero a la vez leamos la biblia con disciplina y compromiso anhelando la iluminación de parte del Padre. Eso nos llevará a crecer espiritualmente y a parecernos cada día mas a nuestro hermano mayor "Jesucristo".