El Menosprecio.
1 Corintios 1:26 "Pues, consideren hermanos, su llamado. No hubo muchos sabios conforme a las normas humanas, ni muchos poderosos, ni muchos nobles"
Jesucristo nunca menospreció a nadie, y eso le dio la habilidad de ver a la gente como personas completas, valiosas y únicas.
No dejo de asombrarme como hay personas que acostumbran a desestimar a alguien o algo para exaltar otra cosa o persona; Y lo sorprendente es que lo hacen sin sentir ningún cargo de consciencia- Se sienten como con autoridad de hacerlo...
Cuando concedemos a una persona menos valor o importancia de la que merece, estamos subestimando la obra de Dios en esa vida.
Todo ser humano tiene fortalezas y debilidades, virtudes y defectos; Pero nuestro rol no es desplazar a nadie, y mucho menos si desconocemos su potencial.
1 Corintios 3:18-20 dice: Nadie se engañe a si mismo. Si alguno de ustedes se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio...
La biblia establece que "El amor no hace nada indebido", por lo tanto; Quien menosprecia a su prójimo carece de amor.
Si miramos a través de los ojos de Jesús y según Su perspectiva (que es deber ser), nuestra tendencia sería mirar lo bueno y exaltar lo mejor de las personas.
Porque definitivamente: De la abundancia del corazón habla la boca y quien menosprecia aloja perversidad en su corazón.
Dice Santiago 3:13-17 ¿Quien es sabio y entendido entre ustedes? Pues muestre su buena conducta mediante sus obras en mansedumbre y sabiduría...
Fíjese bien: Jesús vio una mujer que no pecaría mas, cuando otros la vieron atrapada en adulterio; Vio un hombre capaz de ver, cuando otros vieron un ciego; Vio un discípulo, cuando otros vieron un cobrador de impuestos; Vio una mujer con voluntad de sacrificio, cuando otros vieron perfume despilfarrado; Vio una roca estable para edificar Su iglesia, y otros vieron un hombre impetuoso; Vio hombres que no sabían lo que hacían, cuando otros miraron hombres malos que lo clavaban a una cruz.
Vale la pena mirar como El, solo así seremos mirados de la misma manera.
Dile: Señor, renuncio al menosprecio, limpia mi corazón y ayúdame a mirar como Tu miras. ¡Amen!
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