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viernes, 16 de enero de 2015

Maestro por Excelencia.



Juan 13:13 "Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy"

Para educar bien, es necesario prepararse y tener nociones pedagógicas, metodología, tácticas, vocación y amor a la enseñanza.
Nuestro mayor ejemplo a seguir como Maestro es "Jesucristo".
La Biblia habla de la enseñanza, como una habilidad y un don (motivacional o espiritual). 
Los dones son una gracia especial puesto por Dios para que determinadas personas se destaquen en su desempeño mas allá de las limitaciones humanas; Porque el Señor se manifiesta por medio de ellos en quienes les dio el don.
En el verso que sigue al inicial dice: Pues si yo, el Señor, el Maestro, les lavé los pies, ustedes también deben lavar los pies uno a otros (Juan 13:14).
Debe haber congruencia entre quien enseña y lo que enseña. Mas allá de trasmitir conocimientos, se necesitan maestros que inspiren y lleguen mas allá de simples técnicas.
Jesús enseñó con autoridad, porque manejaba las verdades absolutas y fue autentico; Con libertad, porque amó y trasmitió su sabiduría sin reservas; Y con fidelidad, no acomodo las verdades al gusto de los oyentes ni menguó en la lucha por el saber.
Dice Mateo 7:28,29 Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de como les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley.
Imitemos no solo lo exterior del Maestro de maestros, sino que tratemos de meternos en Su piel y sumergirnos en Su presencia para hallar revelación fresca y así ser maestros: honorables, coherentes, con frescura de espíritu y gracia al hablar.
Los creyentes somos llamados a "Hacer Discípulos" y enseñar La Palabra de Verdad, porque es justo la Verdad del Eterno lo que hará libre a esta humanidad. La biblia establece: "Y conocerán la verdad y la verdad los hará libres".

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