Erradicando la Orfandad.
Romanos 8:15 "Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: ¡Abba Padre!"
Lastimosamente en América Latina abundan las familias disfuncionales: Madres o padres solteros que crían a sus hijos solos; niños cuidados por un familiar o un particular, infantes abandonados que se forman en la calle u orfanatos; padres ausentes física o emocionalmente que no cumplen su rol como debe ser, etc.
Todo esto ha generado un caos, moral, físico y espiritual, que le ha dado cabida al "espíritu de orfandad"; porque generan ciudadanos formados fuera del diseño de Dios para la familia. Sus carencias los llevan a ser gente resentida, desorientada, rebelde, liberal, sin obligaciones ni compromisos, que tienden a copiar el patrón de "abandonador o ausente"- Al punto que, cuando Jesucristo llega a sus vidas, les cuesta recibir la bendición o revelación de la Paternidad Divina, porque se inclinan a ver al Señor a través de la imagen que traen de sus padres terrenales.
Dice 1 Corintios 4:14-16 No escribo esto para avergonzarlos, sino para amonestarles como hijos amados. Porque aunque tengan innumerables maestros en Cristo, sin embargo no tienen muchos padres; pues en Cristo Jesús yo los engendré por medio del evangelio. Por tanto, los exhorto: sean imitadores míos.
Es sumamente necesario que los hijos del Eterno conozcamos la Paternidad de Dios a plenitud, tanto por revelación como vivencialmente; Solo así podremos llevar al mundo a los brazos del Padre y desarrollar un corazón paterno para manifestarlo a esta humanidad huérfana.
Parte elemental de nuestra identidad en Cristo es que "Somos hijos de Dios" y como tal podemos acudir a El libremente en una relación tan entrañable, que le podemos decir: Papito o Padre mio querido (que es lo que significa Abba Padre) Y entendiendo esto, mostrar al mundo el carácter Paterno de un Dios que: nunca los dejar{a, que les ama, que provee, protege y siempre estará para ellos a pesar de...
Dice Malaquías 4:6 Y el hará que padres e hijos se reconcilien; no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
Para erradicar este anti diseño y echar fuera la orfandad, es necesario hacer volver el corazón de los hijos (nosotros) hacia nuestro Padre Celestial, para poder redireccionar al de quienes no le conocen y "romper con esa maldición". Comencemos nosotros los que tenemos Su simiente, disfrutando plenamente de esa Paternidad, procurando conocer cada día mas Su carácter paterno, para ser el reflejo de Su gloria aquí en la tierra.
Una iglesia egoísta o individualista, religiosa o dogmática, es producto de gente que no conoce al Padre de toda gracia, solo sabe lo que han escuchado de otros que están atrapados en la orfandad y no han desarrollado su relación con Dios. Por eso es urgente que los que nos hacemos llamar ¨Hijos" volvamos nuestro corazón al Padre, para que el fluir de Su gracia sobrenatural corra como río desde las iglesias hasta las calles e inunde los hogares.
Nuestro "Abba Padre" tiene los brazos abiertos para acoger a todo aquel que se quiera deslizar en Su regazo de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario