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sábado, 21 de febrero de 2015

Aprendiendo en la Escasez


Filipenses 4:11,12 "No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Se vivir en escasez y se vivir en abundancia; en todo y por todo he aprendido el secreto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia, como de sufrir necesidad..."

El ser humano por lo general es un ser inconforme; Cuando está saciado de una cosa es porque ya quiere otra, cuando hace frío quiere calor y viceversa.
Por eso a veces, es necesario pasar por situaciones fuertes para aprender a valorar lo que tenemos, confiar en el Eterno y ser realmente agradecidos; para aprender como buenos guerreros a sobrevivir con lo que tengamos a la mano. 
En la escasez nos ponemos creativos, ahorramos, administramos bien lo que tenemos y le damos valor a lo que antes mirábamos como insignificante.
Dice Lucas 3:14 También algunos soldados le preguntaban diciendo: Y nosotros, ¿Que haremos? Y el les dijo: A nadie extorsionen, ni acusen falsamente, y contentese con su salario.
En tiempos de crisis, tensión y escasez, la gente tiende a sacar su verdadero yo. A algunos la desesperación los lleva a cometer fraude, extorsión, se convierten en quejicos en potencia, no dan gracias por nada y se sienten morir... Solo un pequeño grupo asume la posición correcta y aprenden a solucionar con lo que tienen sin perder la paz, con la mirada puesta en Jesucristo.
Esa fue la actitud del apóstol Pablo, un hombre que había pasado por tiempos de todo tipo, por lo que afirmó en: Filipenses 4:13 "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". 
Su comunión con Dios y entrega de carácter lo ayudó a no darse por vencido sea cual fuere la circunstancia. Su condición espiritual lo colocó por encima de la situación y lo elevó emocionalmente para no perder el control.
Ese contentamiento se aprende, a medida que nuestra relación con el Padre se desarrolla (no es resignación sino fe activa). Aprendemos a confiar y depender mas de El y menos en nosotros, y terminamos entendiendo que Cristo nos dará la fuerza, la provisión y la salida.
A fin de cuentas: "No solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".

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