Recompensa a los Consagrados.

Rut 2:12 "Que el Señor recompense tu obra y que tu pago sea completo en el Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte"

La sociedad que rodeaba a Rut en aquella época había colapsado; Era un momento oscuro en la historia de Israel, y a ella se le murió su esposo y su suegro. Pero la gracia de Dios estaba sobre Rut en medio de esos momentos difíciles.

A pesar de que el tiempo en que vivía estaba marcado por la idolatría, desobediencia y violencia; Esta mujer que antes no conocía al Señor pero abrió su corazón a El por medio de su suegra, decidió mantenerse firme, fiel y leal al Señor a pesar de las presiones externas.

Dice Rut 2:11 Y Booz le respondió: todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, tu madre, tu tierra natal y viniste a un pueblo que antes no conocías.

En oportunidades pasamos por situaciones tanto o mas difíciles de las que pasó Rut. El común denominador es menguar en la fe, aunque algunos batallan con las botas puestas creyéndole a Dios hasta el final.

La verdad es que nuestro Padre es el que mejor recompensa nuestra fidelidad y consagración- Su paga es lo máximo; el detalle está en permanecer fiel debajo de Sus alas sin salirse de Su voluntad.

Dice Mateo 19:29 Todos los que por causa mía hayan dejado casa, hermanos, padres, hijos, o terrenos, recibirán cien veces mas aquí en la tierra y también recibirán la vida eterna.

Vamos a desarrollar una vida intima con el Eterno y a echar raíces profundas, para que ningún viento tempestuoso nos pueda mover de Su lado. Se trata de un día a día hablando y meditando con El, con una disciplina inquebrantable de oración y lectura de La Palabra, un corazón presto para servirle en todo lugar y un hambre de Dios ... Que no pongamos tope en tratar de conocerle cada día mas.

Que Cristo sea nuestro norte, nuestra pasión, nuestra motivación y nuestra ancla; Así todos los días recibiremos la paga sobrenatural de parte de El en lo físico y espiritual. Dios no se queda con nada y siempre se complace en bendecir y respaldar a Sus hijos fieles y obedientes.