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martes, 12 de mayo de 2015


Acidez del Alma.


Hebreos 12:15 "Procuren que a nadie le falte la gracia de Dios, para que ninguno sea como una planta de raíz amarga que hace daño y envenena a la gente"

Últimamente he notado un común denominador en el carácter de la gente, ¡Andan Amargados!
Tanto personas conocidas, como desconocidos que observo en la calle y hasta algunos del pueblo de Dios, han asumido una posición agresiva y perversa ante todo; Pareciera que la tristeza, el resentimiento o la frustración, capturaron su alma, y tanto sus reacciones como conversaciones están faltas de gracia y amor.
Personas que anteriormente las caracterizaba la nobleza, el gozo o simplemente eran buenos pacificadores, ya no son los mismos, esas virtudes se suprimieron de sus vidas. 
Y es que la amargura "es contagiosa"; Y sepa usted que no nace automáticamente de la noche a la mañana, sino que va agarrando cuerpo en el alma de todo aquel que va guardando rencor, que le abre puerta a la impotencia, sentimientos heridos, chismes, venganza, envidia, paranoia, maquinaciones vanas y cinismo... Todo producto del alejamiento paulatino del corazón del Padre y Su gracia.
Dice Deuteronomio 29:18 No sea que haya entre mi pueblo hombre o mujer...cuyo corazón se aleja hoy del Señor para ir a servir a los dioses de otras naciones; no sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo.
La desesperanza y falta de fe producen amargura, la amargura falta de amor, y la falta de amor vacío espiritual y extravío.
Por lo tanto, debemos liberarnos de todo plantío de tinieblas en nuestro corazón: Reconociendo nuestra condición interna, renunciando a toda ramificación amarga en nuestro interior, pidiendo perdón al Señor y a quienes hayamos afectado con ella, y refrescando nuestra fe y esperanza en La Palabra de Dios.
Dice Efesios 4:31 Alejen de ustedes la amargura, las pasiones desordenadas, los enojos, los insultos, los gritos y toda clase de maldad.
La clave está en poner en practica lo que dice: Mateo 5:44 Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen y los ultrajan. 
Solo con la ayuda del Espíritu Santo, acudiendo a diario con entrega absoluta a la Presencia de Dios, entregando nuestras cargas y "pidiéndole amor", podremos vivir plenamente bajo la luz de Su Gracia y libres de amargura, en medio de esta sociedad cautiva por el pecado. 
Cristo nos dará los recursos para vivir con un corazón sano y lleno de paz. Pero por favor, que ellos se conviertan a ti y no tu a ellos...

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