Contra Todo Pronóstico.

Salmos 118:17 "No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del Señor"

Ante el diagnostico médico de una enfermedad letal, al recibir malas noticias que parecieran irreversibles, al toparte con situaciones que no tienen solución humana, o estar en medio de esa crisis que intenta matar tus sueños, y al escuchar esa voz fatalista que te invita a rendirte. Levanta tu mirada al cielo y no sucumbas ante el temor; Porque es justo en este momento cuando Dios viene a despertar tu espíritu, para que reacciones correctamente y comiences revisando "en quien tienes tu esperanza", entonces ¡decidas vivir!.

De vez en cuando la vida parece sitiarnos con desastres...y he aquí, lo importante de asumir la actitud correcta, de fe y confianza en el Eterno.

En esta oportunidad, el salmista fundó su confianza sobre esas promesas susurradas al oído por el Padre, de las cuales se aferró y en lugar de lamentos y lágrimas o desánimo, abrazó el gozo del Señor que le fortalece.

Dice Salmos 73:28 Mas para mi, estar cerca de Dios es mi bien; en Dios el Señor he puesto mi refugio, para contar todas sus obras.

Pero: ¿Quién puede hacer esta afirmación; No moriré sino que viviré ante la realidad de tan malas noticias? 

Aquel hijo del piloto que va montado en el avión y aunque el aparato presente fallas, no tiene miedo porque su papá es quien conduce la nave. El muchacho hijo del médico, al cual van a operar y no teme porque se siente seguro de lo que le prometió su progenitor. Los hijos de Dios, que saben que El es el Rey del universo y así le pronostiquen lo peor, tienen la certeza que a Su Padre no se les escapa nada de las manos- Porque ninguna realidad terrenal está por encima de las Verdades Divinas que nos arropan.

Dice Lucas 17:19...Tu fe te ha sanado.

Para llegar al cumplimiento de nuestro "Destino profético" es necesario reposar en la seguridad de Aquel que conduce nuestra barca y velar que nadie mas tome el timón.

Contra todo pronostico, el creyente debe permanecer edificando algo, tratando de alcanzar algo, persiguiendo algo, creyendo en esperanza contra esperanza, pero jamás postrados en quejas como víctima. Nunca debemos darnos por vencidos creyéndole al maligno, sino que hay que ordenarle que ¡guarde silencio! Sin entregarnos a ningún tipo de sentencia de muerte; Porque Jesucristo dijo: "Muerte yo seré tu muerte". 

Por lo tanto: Haz lo que Dios te diga y refresca tu esperanza en la fe. Recuerda esto: Hasta que el Señor lo mande, ningún sepulcro te puede encerrar. 

Así que declara hoy ante en mundo físico y espiritual: ¡No moriré sino que viviré, para anunciar las maravillas de mi Dios! Amén.