Cuida de tu hermano
Génesis 4:8,9 "Un día, Caín invito a su hermano Abel a dar un paseo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Entonces el Señor le preguntó: ¿Donde esta tu hermano Abel? Y Caín contesto: ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?"
En este mundo egoísta en que vivimos, escuchamos frases como: Eso no es problema mio, cada quien que solucione lo suyo...¡Y a mi que!
Todos son producto de una humanidad fría e individualista, que refleja la misma tendencia a la maldad, como Caín en su respuesta cínica al Padre. Matan a la gente moral, emocional, espiritual o físicamente, y tratan de justificarlo o esconderlo ante los ojos del Creador.
En cierto grado, la crisis moral, económica y espiritual en que se encuentra la sociedad, se solidariza con el hombre para que en nombre de "sus derechos", no se sacrifique por nadie mas que por sí mismo. Su eslogan es: Primero yo, segundo yo y tercero yo...
Dice Gálatas 6:2 Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo.
Quizás algunos se sientan suficientemente buenos o religiosos, porque esporádicamente realiza uno que otro acto de misericordia; Pero no se trata de lastima ni mucho menos de llenar requisitos religiosos, sino de tener un corazón presto para amar al prójimo en "todas sus formas": Absteniéndose de malos comentarios ni reconocimiento en demasía para no dañar su corazón; ayudarlo las veces que sea necesario para que se levante física, moral, espiritual y hasta económicamente; guardar sus espaldas de traiciones, etc.
Dice Juan 8:44 El padre de ustedes es el diablo; le pertenecen al tratar de hacer lo que el quiere. El ha sido un asesino desde el principio....
La biblia registra que: El que no ama a su hermano es un homicida. Por eso, cuando los creyentes somos de "limpio corazón", actuamos en amor como principal motivación, seremos generosos y dadivosos, no habrá hipocresía en nuestras acciones ni doble cara en nuestro trato, no hablamos mal de nadie ni somos avaros, y todo lo hacemos para agradar al Señor.
Si actuásemos con mentalidad y cultura de Reino como verdaderos hijos del Eterno, daremos evidencia de heredar esa poderosa bienaventuranza que dice: Dichosos los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
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