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miércoles, 9 de septiembre de 2015


Nuestra Intimidad 

con Dios.


Éxodo 33:7 "Moisés tomó la tienda de campaña y la puso a cierta distancia del campamento, y la llamó Tienda De Encuentro Con Dios. Cuando alguien quería consultar al Señor, iba a la tienda..."

Estamos viviendo momentos cruciales a nivel mundial; En cierta manera el Señor hace uso de tantas crisis para hacer un llamado de atención a que la gente se vuelva a El: Los simpatizantes del cristianismo se conviertan en creyentes fieles y verdaderos, los tibios entren en Su fuego, los que no le conocen abran su corazón y se entreguen a Sus pies y todo creyente "enserie" su relación como hijo legitimo del Eterno.
La causa por la que muchos cristianos se debilitan, es porque no oran ni llevan una relación intima y fluida a diario con Cristo, dejándose envolver por los afanes de este mundo; Entonces se enfrían espiritualmente, se distancian del Señor y sufren un revés espiritual que los sume en una vida de derrota.
Dice Salmos 25:14 La comunión intima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.
Es hora de evaluarnos: ¿Cuanto tiempo invierto con Dios creando ese vinculo significativo cara a cara? ¿Cuanto esfuerzo hago para intimar con El? ¿Que clase de relación tengo con el Señor?
Porque definitivamente Dios nos creó para que nos relacionásemos con El- De eso se trata el hecho de haber sido creados a Su imagen.
Dice Deuteronomio 4:29 Pero desde allí buscaran al Señor, y lo hallaran si lo buscan con todo su corazón y su alma.
Quienes "no" mantienen esa comunión intima, que trascienda mas allá de simples palabras adecuadas, corre el riesgo de alejarse paulatinamente, y a la postre romper esa vital relación.
Un corazón limpio y puro es el mejor y más acogedor lugar para un encuentro con el Dueño del universo; Por lo que es indispensable acondicionar ese lugar para nuestra cita diaria, donde fundimos nuestro espíritu con el Suyo, y así estrechar ese vinculo de amor, experimentando lo grandioso del cielo aquí en la tierra.
No lo dejes esperando, ni permitas que nada ni nadie lo suplante en el trono de tu corazón. 
¡Vamos a amarle con el corazón y con la vida! No hay tiempo que perder...

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