Reconcíliate con Dios.
Sin temor a equivocarme, hoy puedo afirmar que las iglesias están llenas de gente que "necesita reconciliarse con el Señor"; Y no me refiero a aquellos que salieron de ellas o apenas se integran, sino de esos que a pesar de estar muy activos, la llama de su espíritu se ha apagado y tienen mil excusas que dar.
En una oportunidad, un nuevo creyente se acercaba continuamente a supastor diciéndole que le tenia una palabra de parte de Dios, pero aquel líder lo esquivaba e ignoraba; Pero en vista de su insistencia cedió a escuchar, y este le dijo: El Señor le manda a decir que lo extraña mucho.
Eso detonó el espíritu de aquel ministro, porque en su interior sabia que por sus múltiples ocupaciones le había restado tiempo a sus momentos de comunión con el Padre.
Dice 1 Crónicas 28:9 ...Hijo mio, reconoce al Dios de tu padre y sírvele de todo corazón y con buena disposición, porque el Señor examina todas las conciencias y distingue cualquier intención y pensamientos. Así que, si tu le buscas, El permitirá que lo encuentres; Pero si te apartas de El, te rechazará de una vez para siempre.
Nuestro Creador es formal en Su Pacto para con nosotros, y desea lealtad y fidelidad de nuestra parte. A El no le complacen las sobras de nuestro tiempo o talentos, ni sacrificios vanos y mucho menos ofrendas huecas e imperfectas. El lo dió todo y Su deseo es que nosotros le entreguemos a diario "todo" en devoción y amor.
Dice 2 Corintios 5:20 Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; En nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcílience con Dios!
Para una verdadera reconciliación, necesitamos volver a Su seno y restablecer nuestra amistad con el Altísimo. Como el hijo pródigo, digamos hoy: "Me levanto y vuelvo a los brazos de mi Padre".
No te distraigas con cuestiones secundarias. Busca primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y todas las demás cosas te serán añadidas.
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