Puestos los ojos 

en Jesús.

Hebreos 12:2 "Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."

La vida cristiana comienza por mirar a Jesús y termina mirando a Jesús; Por eso se resume en estad palabras: "Puestos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe".

La carta a los hebreos viene hablando de "la carrera del creyente" y nos invita a permanecer con la mirada en el originador y ejemplo de nuestra fe.

Pienso que la mayor crisis que padece la iglesia, es porque "no conocen a su Señor", lo que los hace dispersar su visión y distraer su mirada, colocándola: en los hombres, los problemas, las necesidades, las añadiduras...y hasta pretenden conocer el reino de las tinieblas sin haber conocido antes el reino de la luz y Su Dios.

Dice Hebreos 12:3 Consideren pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra si mismo, para que no se cansen ni desanime su corazón.

El tamaño de tu fe es el tamaño de tu Dios- Quien ve las crisis demasiado grande y deja que arropen su fe, es porque consideran que su Padre no es suficientemente grande para aplastar los problemas y darles la victoria.

En aquel tiempo exhortaban a los judíos convertidos, porque con mucha facilidad quitaban la mirada de su Salvador, queriendo aplicar costumbres religiosas antiguas como para darle una manito a Dios y ganar Su favor; algo que ocurre a diario en los creyentes de la iglesia contemporánea.

Dice Hebreos 1:3 El es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene "todas las cosas" por la palabra de su poder...

Dependiendo de donde tengas puesta tu mirada será tu identidad como hijo de Dios y embajador de Su Reino. Es contradictorio ser embajador del Reino de los Cielos y dejarse aplastar por los edictos terrenales o de las tinieblas.

Necesitamos enfocarnos en Cristo y Su Palabra para traer Su Reino a la tierra e incluso a nuestras vidas...Y no me refiero solo al ojo físico, sino al interno del corazón y la mente. 

Solo reenfocandonos podremos organizar prioridades, tomar decisiones acertadas y vivir en victoria. Porque Jesús es el único guía fiel, nunca falla y cumple Sus promesas. 

Si permanecemos con la mirada fija en El, aprenderemos fe, lo conoceremos en todo Su esplendor y daremos pasos certeros sin miedo a tropezar o caer.