Culpable o Inocente.
Definitivamente, cada creyente debe tener una conciencia espiritual y la suficiente madurez como para reconocer su condición ante el Señor; Si ha pecado, y las consecuencias que esto acarrea.
Es tan ilógico que queramos echarle la culpa de nuestro pecado a otro o a Dios mismo... Es que voluntariamente decidimos hacerlo a sabiendas muchas veces que era contrario a las normas, la justicia y la voluntad del Señor.
Comencemos por entender que desde el momento en que le fallamos al Padre, dejamos de ser "victimas" para ser "responsables", así nuestro pecado solo haya sido de palabras, por ignorancia, sin intención, consciente o inconscientemente.
Un hombre como el rey Abimelec, era plenamente consciente de la gravedad del pecado de tomar una mujer ajena e igual peco- Una vez realizado el acto, el juicio de Dios comenzó sobre su vida y a pesar de su arrepentimiento posterior y el perdón de Dios, tuvo que sufrir las consecuencias del mismo.
De no ser así, muchos pecásemos deliberadamente, ¡luego nos arrepentimos y ya! Pero el plan Divino es que aprendamos de todas las circunstancias pasando por la disciplina y luego seamos mejores cristianos.
Dios no puede ser burlado ni violenta lo establecido en Su Palabra: "La paga del pecado es muerte"; por lo que somos totalmente inexcusables, pues en el momento de salvarnos El nos libró de la esclavitud al pecado y nos dio Su Espíritu como ayudador para resistir en medio de la tentación.
Nuestro Dios es compasivo, misericordioso y perdonador, pero necesitamos ser sensatos y conscientes, y no abusar de Su Gracia.
Un principio de amor es "El Respeto" y si decimos que le amamos entonces debemos temerle que es lo mismo que respetarle.
Dios no es un objeto que esta puesto solo para cumplir nuestras peticiones como si nos mereciéramos todo o un papá suplidor que no disciplina a sus hijos.
No podemos ser santos en unas cosas e imprimirle muchas fuerzas y en otras no; El dice: Sean santos en "toda" su manera de vivir. Porque si no robamos pero andamos diciendo palabras deshonestas con los mismos labios con los que le alabamos seguimos siendo transgresores de la ley; Y si no somo adúlteros pero mentimos, de igual manera somos culpables de pecado.
Vamos a alinear nuestra vida entera al Eterno, ¡Vamos a vivir para Agradarle!
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