Que tu Lámpara Arda.

Mateo 25:1,2,5,6,8,10 "Sucederá entonces con el reino de los cielos como lo que sucedió en una boda: Diez muchachas tomaron sus lámparas con aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran despreocupadas y cinco previsoras...Como el novio tardaba en llegar les dio sueño y se durmieron. Cerca de la media noche, se oyó gritar: ¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!...Entonces las cinco despreocupadas dijeron a las cinco previsoras: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando...pero mientras aquellas cinco muchachas fueron a comprar aceite, llegó el novio, y las que habían sido previsoras entraron en la boda, y se cerro la puerta"

Las señales de los acontecimientos actuales nos anuncian que se hace cada vez mas cercana "La Segunda venida de Cristo". Y esta parábola nos advierte algo muy puntual como lo es: Estar preparados para ese día.

Es costumbre de algunos creyentes vivir o alimentarse de lo que otro recibe del Señor: Son marcados por frases celebres, dependen de que los hermanos le oren, son impactados por lo que comunicó un predicador que le fue revelado o instruidos por libros escritos por gente con gran iluminación de lo que viene de Dios- Todo eso es "Aceite prestado", es decir: Los mantiene encendidos el combustible que otro fue a buscar.

Dice Job 18:5,6 La lámpara del malvado se apagará, la llama de su fuego dejará de arder, languidece la luz de su morada; la lámpara que lo alumbra se apagará.

No digo que sea malo leer o escuchar buenas enseñanzas bíblicas, ni pedir oración; lo que les quiero trasmitir, es que es tiempo de depender y aprender directamente del Padre, de acudir a Su ceno a llenarnos de Su presencia y de escudriñar Las Escrituras para que se nos sean iluminadas Sus verdades divinas. Estamos en un momento donde es necesario recibir ese aceite directamente de quien lo produce-Dios. 

Estos tiempos proféticos son determinantes en el desarrollo de nuestra vida espiritual e identidad cristiana.

Dice Lucas 12:35 Estén siempre preparados y mantengan las lámparas encendidas. 

El tiempo de que otro nos prepare la comida y no las de en la boca ya pasó, hay que madurar... Es momento de acudir a diario a la presencia del Eterno a degustar del banquete que siempre tiene dispuesto para cada uno de Sus hijos. 

No nos durmamos en la espera ni dejemos de creer en Su Regreso. No dejemos nuestra consagración para ultima hora cuando ya no haya tiempo. No esperemos que se cierre la puerta y al tratar de tocarla nos diga: No les conozco. 

Cristo viene, ¡prepárate!