Cómplice.
Proverbios 29:24 "El cómplice del ladrón aborrece su propia vida; Pues oye la maldición y no la denuncia".
Cuando nos asociamos o hacemos cómplice de alguien que infringe las leyes terrenales y las de Dios, somos igualmente culpables del delito; Aunque no lo ejecutemos materialmente, venimos a ser como los autores intelectuales del mismo y somos responsables ante Dios... Y esto se convierte en una cadena de problemas, entre ellos la consecuencia del pecado y pon ende se detienen nuestras bendiciones, se nos cierra el cielo.
Quien compra algo robado, el que se presta a soborno o cede ante ellos, quien compra o vende a sobre precio, quien calla ante la extorsión y el delito, etc. Se convierte en cómplice y culpable del pecado.
No se trata de caerle a bibliazos a la gente ni dar largos discursos religiosos ante el caso, ni divulgarlo; Sino de una exhortación dada con amor a tiempo, trazada por la Palabra, manifestando abiertamente nuestro desacuerdo y la reprobación del Eterno.
Dice 1 Timoteo 5:22 No impongas las manos a nadie sin haberlo pensado bien, para no hacerte cómplice de los pecados de otro. Consérvate limpio de todo mal.
Actualmente estamos rodeados de toda clase de corrupción e injusticias, y hasta para adquirir cosas básicas pareciera que solo por el medio ilegal logramos obtenerlas. Pero Dios sigue siendo el mismo proveedor sin importar las circunstancias, Su Palabra sigue sosteniendo la reprobación del pecado y corrupción, al ladrón y al que se alía con ellos; y sus consecuencias no han cambiado.
Vamos a preguntarnos: ¿En quien tengo mi confianza? ¿Hasta donde esta siendo probada mi fe? ¿Esto lo haría alguien integro? ¿Daña mi relación con en Señor si me enredo con lo ilegal o fraudulento? ¿Qué tiene más valor para mi?
Dice Levítico 19:17 No fomentes odio en tu corazón contra ninguno de tus parientes. Aclara los asuntos con la gente en forma directa, a fin de que no seas cómplice de pecado.
Como dice un dicho popular: ¡Igualmente vas preso! por infractor.
Hace falta mas que carácter y valentía para andar en estos tiempos como el Señor manda- Hace falta "temor a Dios", que es el principio de la sabiduría. Cada uno debe ver como edifica, porque no todo lo que parece legitimo o necesario, es aprobado cuando es visto a la luz de la Biblia. No nos convirtamos en tapadera de mugre o sepulcros blanqueados.
Recordemos que: Amplio es el camino que lleva a la perdición, y estrecho el que nos conduce al cielo.
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