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martes, 4 de agosto de 2015


El Trío Inseparable.


1 Corintios 13:13 "Y ahora permanezcan la Fe, la Esperanza y el Amor: estos tres; Pero el mayor de ellos es el Amor"

Aunque la fe mueva montañas y la esperanza sea lo ultimo que se pierda, no son nada sin su hermano mayor: el amor. Este trío no se puede separar, ni se puede independizar el uno del otro; Porque al Padre le plació que debían funcionar juntos.
La Fe da al hombre convicción absoluta y motiva al creyente a manejarse sobre un fundamento inconmovible que viene del cielo. Funciona tomada de la mano de la Esperanza, causada por esa misma fe viva que genera la confianza del logro deseado y ayuda a soportar la aflicción, resistir la tribulación, llenándonos de valor para esforzarnos en el camino; pues la vida del cristiano depende mucho de la solidez de su esperanza.
Dice Hebreos 6:19 Esta esperanza mantiene firme y segura nuestra alma, igual que el ancla mantiene firme al barco.
Pero ni la fe ni la esperanza, por mucha fuerza que se le imprima, pueden funcionar sin amor.
Si decimos que tenemos fe y declaramos nuestra firme esperanza en lo que ha dicho el Señor, pero anteponemos intereses egoístas, acarreando prejuicio hacia los demás- "Saboteamos" toda obra de fe y esperanza por buena que parezca. Por mas que nos desgastemos empujando esa carreta, no va a funcionar porque sus ruedas deben ser esculpidas por el amor.
La biblia señala que la fe obra por el amor. Y esa misma fe es quien alimenta la esperanza.
Dice 1 Timoteo 1:5 El propósito de esta orden es que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de una buena conciencia y una fe sincera.
Meditemos en las motivaciones de nuestro corazón y en todo aquello que decimos hacer por fe o por lo que afirmamos estar esperanzados. Vamos a atrevernos a meter nuestro amor en la balanza de Dios y decirle al Eterno que pruebe y examine nuestro interior.
Si no estamos funcionando con estas tres fuerzas espirituales bien amalgamadas, nada bueno ocurrirá. 
Recordemos que no es nuestro orden sino el de Cristo, solo y bajo Sus preceptos hallaremos victoria, reposo y bendición.

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