La Maldad del Hombre.

Génesis 6:5 "El Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era solo hacer siempre el mal"

A quien no teme a Dios, nada le impide actuar con perversidad de corazón. 

Por lo general actúa precipitadamente como si nada le fuera a suceder y disfruta hacer sufrir a otro aunque lo disimule; Pero en su interior "no es feliz".

La maldad nació en el corazón de Luzbel ( El maligno). En Isaías 14 da detalles como cuando dijo: "Me sentaré en el Trono de Dios y seré semejante al Altísimo"- Pues siempre la maldad va precedida de la altivez y motivación de quitarle el lugar al Señor. Sus pensamientos distorsionados y mal corazón es lo que lleva al hombre a querer tener el dominio y poder a toda costa- Así tenga que aliarse con las fuerzas de la oscuridad.

Dice Salmos 36:1,4 La transgresión habla al impío en su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos. Planea maldad en su cama; se obstina en un camino que no es bueno; no aborrece el mal.

Dios nos dio un libre albedrío donde tenemos libertad de decidir, y muchos deciden hacer lo contrario a lo que Dios quiere... Entonces le damos la espalda al Señor y comenzamos a actuar con carencia de bondad, egoísmo, hacemos lo contrario al bien y todo lo que se aparta de lo lícito.

Dice Romanos 1:28 Y como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen.

Que nada nos sorprenda cuando observamos tanta maldad y la invitación abierta a aliarnos a ella. Solo en medio de su oscuridad podrán distinguirse aquellos que son luz y puedan alumbrar insistiendo en vivir la vida que le agrada al Padre.

El Eterno nos hizo libres, nosotros decidimos si vivir rendidos a El y disfrutar de Su Gracia, bendición y aprobación, o unirnos a los perversos los cuales tienen un destino de perdedores y tormento eterno.

El Padre diariamente nos llama e insiste en esperar que lleguemos a Su regazo para hallar dirección, descanso y paz. 

El defiende al inocente y a la cara por Sus hijos legítimos. Por lo tanto no temas ni te amedrentes delante de ellos, Jehová es escudo a tu alrededor, tu fuerza y quien levanta tu cabeza.