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jueves, 15 de octubre de 2015


Guerrero en Construcción.


Proverbios 21:30,31 "Ante el Señor no hay sabiduría que valga, ni inteligencia ni buenas ideas. El hombre prepara el caballo para entrar en batalla, pero el Señor es quien da la victoria"

A lo largo de la Biblia hay múltiples historias donde generales de Dios perdieron unas batallas y ganaron otras.
Todo guerrero amerita una preparación en base a una disciplina; Pero la misma nunca será suficiente, si no se sujetan al tiempo y mandato de su General en Jefe- Jehová. Pues por mucha preparación que tengan o experiencia en batalla; La victoria siempre dependerá de El. Por eso es que, tampoco nos deben amedrentar ni gigantes ni ejércitos numerosos.
Dice Salmos 20:7 Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus caballos, pero nosotros confiamos en el Nombre del Señor nuestro Dios.
Y aun en las batallas diarias que nos presenta la vida, estamos siendo preparados como esos guerreros que nada los amedrenta ni atemoriza; Justamente porque confiamos en el Dios que nos da la victoria y en el nombre de "Jesucristo", en el cual todo lo existente en el reino visible e invisible se tiene que someter.
Dice Eclesiastes 9:11 En este mundo he visto algo mas: Que no son los veloces los que ganan la guerra, ni los valientes los que ganan la batalla; no siempre los sabios tienen pan, ni los inteligentes son ricos, ni los instruidos son bien recibidos; Todos ellos dependen de un momento de suerte.
Ese momento de "suerte" al que se refiere Salomón, es al tiempo perfecto de Dios, al ¡ahora! del Altísimo, a la voz de mando para ejecutar la pelea con sus armas, y en el momento adecuado para obtener la victoria segura. 
Ese es el lenguaje de dependencia de la gente de Reino, que así humanamente veamos injusticia y devastación; Entre tanto el Padre no de la orden de ejecutar su plan, debemos permanecer quietos ante Su Presencia.
Aquí no vale cristianismo profesional, ni fuerza humana, ni tiempo terrenal y mucho menos fuerza de hombre... Porque no es nuestra guerra, sino la de Dios. Por lo tanto, así tengamos mucha preparación y poseamos armas espirituales potentes; Si no tenemos la guía del Señor, difícilmente veremos caer al enemigo. Vamos a someternos a Dios, vamos a resistir al diablo, vamos a aprender a esperar en El.

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