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viernes, 30 de octubre de 2015


Se busca un amigo.



Juan 15:15 "Y no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; Pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre"

Un amigo es aquel que se gana nuestro corazón y confianza, es esa familia que escogemos desde el momento en que hacemos "clic" empáticamente.
Después de lavarle los pies a sus discípulos, la noche que iba a ser entregado, mientras sus enemigos planeaban su muerte; Fue cuando Jesús en la intimidad les dijo estas palabras que cité al principio. Llevaban tremenda carga emotiva por el momento en que fueron dichas. 
El en Su grandeza y magnanimidad, los acercó tanto a Sí mismo, que los llamó Sus amigos. 
En tiempos bíblicos, un siervo solo recibía ordenes, en cambio un amigo, se sentaba con su señor y compartían sus planes y proyectos, entraba a la casa, compartían los manjares de su mesa, y hasta disfrutaban la sobremesa.
Dice Juan 15:20 Acuérdense de esto que les dije: Ningún siervo es más que su señor. Si a mi me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; Y si han hecho caso de mi Palabra, también harán caso de la de ustedes.
Ser amigos de Dios es un gran privilegio; Pero la verdad es que no todos sus hijos gozamos de esa peculiaridad- Hay creyentes que solo son siervos.
De acuerdo a la Palabra de Dios, la diferencia está en el conocimiento. El siervo desconoce lo que hace su señor, en cambio el amigo ha sido informado de todas las cosas.
Como hijos del Eterno, debemos enfocarnos en conocer Su corazón y disfrutar de conversaciones profundas y fluidas...haciendo la sobremesa; Para conocer Sus planes y colaborar para su realización.
Dice Santiago 2:23 Así se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y por eso Dios lo aceptó como justo. Y fue llamado amigo de Dios.
Abraham fue un intercesor, y Dios lo hacía partícipe de lo que se proponía hacer, porque Él comparte Sus intenciones con sus amigos, les da confianza y atiende a su voz el tiempo que pasan juntos. 
Dile al Padre: ¡Señor, quiero ser tu amigo!

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