Levanta tu fe.

1 Juan 5:4 "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Y esta es la victoria que ha vencido al mundo: Nuestra fe"

Desarrollar una dependencia absoluta de Dios por medio de una relación estrecha con El, es el reflejo de un corazón verdaderamente renacido. Partiendo del punto que: Sin fe es imposible agradar al Señor; Pues quien no sostiene su confianza y esperanza en El, le hace ver como mentiroso con respecto a Sus maravillosas promesas.

Cada día necesitamos superar nuestros temores, colocar la mirada en lo invisible y creer que el Señor está obrando, así no lo veamos. Sin dar cabida al afán, la duda, la angustia, la ansiedad o el desespero- Aprendiendo a descansar en los brazos del Padre, que es parte fundamental en este proceso.

Dice Juan 16:33 Estas cosas las he hablado para que en Mi tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, Yo he vencido al mundo.

Cuando vivimos tiempos de estrechez, eso se convierte en la mejor oportunidad para desarrollar y despertar nuestra fe, como parte del legado que nos dejó el Vencedor del mundo- Jesucristo.

Tengamos en cuenta que necesitamos llenar a diario el depósito de nuestra fe con la Palabra de Dios, hasta que rebose, a tal punto de salpicar a otros para vida.

Solo quien mengua en su tiempo de oración, tiende a buscar solución y respuesta, primero en el mundo, que en el Eterno...y pierde la paciencia cuando su fe es probada; Sabiendo que el galardón esta detrás de esa montaña que tiene por delante.

Dice Hebreos 11:1 Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve.

Si crees que pasara lo peor, y la fe es la garantía de lo que se espera...entonces por esa fe inversa, ocurrirá. Por lo tanto, debemos creer, orar y confesar, solo lo que nuestro Dios ha determinado que acontezca.

Clamemos por misericordia, contagiemos con fe al prójimo; Que en estos tiempos adversos, Cristo sea la bandera de esperanza que levantemos. El es fiel y justo, y no tiene Sus promesas por tardanza- ¡Cree!!!