Pasión por Su Presencia

Salmos 132:4,5 "No daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, hasta que halle lugar para Jehová, morada para el Fuerte de Jacob"

Pasión es sinónimo de ardor. Es ese sentimiento vehemente capaz de dominar la voluntad y controlar la razón, tan intenso como el amor; Manifiesto con palabras, acciones y manifestación de lo sobrenatural.

Cuando nuestro fuego espiritual está encendido, nuestro corazón está dominado por la pasión por la Presencia de Dios.

Ni la manifestación de los dones, ni la participación en muchas actividades religiosas, dan a conocer cuán apasionados estamos por Cristo. Aunque podrían ser una evidencia, no necesariamente son producto de esa pasión; Porque en oportunidades el Señor necesita manifestarse de una forma u otra, y usa a quien quiere y como quiere para Su fin.

No se si les ha pasado, pero yo he estado en reuniones "espirituales", donde las oraciones parecen recalentadas bajo una unción de aceite viejo y rancio; Y percibo en el espíritu el desagrado del Padre. Todo es producto de falta de ese fuego ardiente, de esa pasión, de ese amor desbordante.

Dice Mateo 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y gozoso por eso va y vende todo lo que tiene para comprar aquel campo.

Cuando no bajamos la gloria de Dios al orar, ni provocamos Su Presencia donde llegamos, por muy bonitas que sean nuestras palabras y buenas nuestras obras...Nos falta el ingrediente principal: ¡Pasión! Y para eso necesitamos ser verdaderos adoradores, que llevemos Su grato olor a donde quiera que vayamos.

Dice Hageo 2:6,7 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco haré temblar los cielos y la tierra, el mar y toda la tierra seca; Y haré temblar todas las naciones, y vendrá el Deseado de las naciones; Y llenaré de gloria esta casa...

Si en tu corazón arde una pasión verdadera, tus palabras, tus obras y tus acciones, hablarán por sí solas, y la presencia del Altísimo se hará sentir, porque el Padre no repartió Su Espíritu por medida, por lo tanto eso no es para unos pocos. 

Cultiva tu comunión con Dios, aviva tu pasión, y Su Gloria se hará una realidad en tu vida y bendecirá a quienes te rodean, por la dulce presencia de Su Espíritu Santo.