Tonifica tu espíritu.

Efesios 5:19 "Háblense unos a otros con salmos, himnos y cánticos espirituales, canten y alaben de todo corazón al Señor"

La adoración y alabanza al Rey, se compone de actos de reconocimiento, exaltación, y expresiones donde reconocemos la supremacía de Dios sobre toda la creación. Por medio de ella agradecemos, declaramos nuestro amor y postramos nuestro ser por completo ante Su Majestad.

Sabemos que el Padre busca "verdaderos adoradores"- Esas personassinceras y entregadas, con expresiones para con El que le salen del espíritu, que voluntariamente se deleitan en adorarle a profundidad.

Esa adoración verdadera, produce a la vez en nuestro interior una especie de bálsamo espiritual y libertad plena. Es un amor correspondido, un fluir vertical.

Dice Colosenses 3:16 Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instruyanse y amonestense unos a otros con toda sabiduría. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cánticos espirituales.

Cuando cantamos "Salmos": entonamos poemas de alabanza o declaraciones de quién es y qué puede hacer Dios. 

Si lo hacemos con "Himnos": damos exaltación y celebramos las victorias en Cristo. 

Al manifestar "Cánticos espirituales": proferimos composiciones inspiradas por el Espíritu, y espontáneamente podríamos profetizar, guerrear y comunicar liberación.

Dice Apocalipsis 5:9 Y cantaban ese canto nuevo: Tu eres digno de tomar el rollo y romper sus sellos, porque fuiste sacrificado; Y derramaste tu sangre para redimir toda raza, lengua, pueblo y nación.

Cuando cantamos al Padre, así no tengamos la mejor de las voces, aparte de tonificar nuestro espíritu, nos ayuda al bienestar de todo el organismo, nos distiende, secretamos mayor cantidad de endorfinas; Porque es una especie de deporte físico-espiritual, que mejora la respiración, ejercita todos los músculos y nos conecta con el cielo.

Demos serenata frente al Trono de Gracia del Eterno, y obtendremos la reciprocidad de Aquel que es digno de ser alabado, por todos los siglos. ¡Canta, declara, bendice, adora!

A Dios le agrada la gente que permanece fluyendo con El.