Entradas populares

jueves, 13 de noviembre de 2014

Ayuno de Lengua



Salmos  34:12-14  ¿Quieres vivir mucho tiempo? ¿Quieres gozar de la vida? Pues refrena tu lengua de hablar mal, y nunca digan mentira tus labios. Aléjate de la maldad, y haz lo bueno; busca la paz y síguela.

El deseo de muchas personas es tener larga vida y ser bendecidos - De hecho, cuando oramos por nuestros seres queridos, eso es lo que pedimos al Señor. Algunos afirman querer morir a edad avanzada para conocer a sus nietos y para ver el cumplimiento de las promesas de Dios en sus vidas y en la de los suyos, es como un sueño y una petición que todos tienen delante de Cristo.
Hay promesas de Dios, como la de este Salmo, que ofrece una especie de largura de días a los que la obedecen. Y dice parafraseándolo un poco: “¿Quieres larga vida y bienestar? Pon freno a tu  boca y a tus pies, en el momento que te inviten a pecar”.
Una de las primeras recomendaciones para alcanzar esta extensión de los días de vida y ver el bien es: “Guardar tu lengua del mal”, esto quiere decir: Que si no la vas a usar para lo bueno, para bendecir, para predicar, para edificar… es mejor que mantengas la boca cerrada. Es una invitación a controlar nuestra lengua y a aprenderla a domar. Dice: Filipenses 2:14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas. Y Dice también: Proverbios 18:21 La muerte y la vida, están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.
Luego está en siguiente enunciado y por supuesto también tiene que ver con cuidar lo que se habla: “Y Tus labios no hablen engaño”: Queda sumamente claro que se trata de “no mentir”- Si disciplinas tu lengua, la vida se te alargara y podrás gozar de ella.
Luego continúa diciendo, “procura estar en paz con todos”.  Y si te preguntas ¿Cómo hacerlo? He aquí la respuesta: Efesios 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Y Colosenses 3:9-10 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.
La apropiada manera de hablar, no es decir solamente las palabras correctas en el momento oportuno, sino también controlar los deseos de querer decir lo que no se debe; como por ejemplo: Murmurar, manipular, menospreciar, exagerar, acusar y mentir. Por eso antes de hablar revisemos si lo que diremos, es necesario, edifica o es agradable a Dios. La lengua sin control puede causar mucho daño y nadie puede detener los resultados una vez que se ha dicho algo de esta loca manera. Digamos como el salmista en Salmos 39:1 Guardaré mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca como con mordaza, mientras el impío esté en mi presencia.
Después  dice “Apártate del mal y haz el bien”: Todo aquello que estás practicando y sabes desagrada al Señor, decide dejar de hacerlo de inmediato. Llámese trampa, relaciones ilícitas, glotonerías (todos los excesos), palabras deshonestas y perniciosas,  abusos, acepción de personas y cualquier fruto de la carne. Dice: Salmos 37:27 Apártate del mal y haz el bien, y tendrás morada para siempre.
Y el último: “Busca la paz y síguela”: Se trata de dejar los pleitos, arreglar las relaciones rotas, pedir perdón y restituir, mantener sanas relaciones interpersonales y ser más bien pacificadores. La exhortación es a mantenernos y persistir en esa paz. Dice: Hebreos 12:14  Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Podríamos decir que los días buenos, felices y dichosos están en el poder de la lengua- en nuestras palabras; Es decir, lo que nos promueve y lo que nos abre camino, es nuestra boca; Dios mismo usó la boca para crear lo que hay, desde Génesis nos dejó el secreto de cómo hacerlo- cuando él quiso algo bueno “Habló lo que era bueno”, cuando quiso salvar la humanidad, encarnó al Verbo “Jesucristo” (La palabra) en el momento debido, pero hubo momentos en los que “calló, enmudeció”. 
Alguien dijo: “Si hay rectitud en el corazón, el hombre vivirá de verdad, habrá belleza  en el carácter, si hay belleza en el corazón, habrá armonía en el hogar, habrá orden en la nación, y si hay orden en la nación habrá salvación en el mundo”.

La propuesta es: “Renovar nuestros corazones”, que es la fuente de donde salen las palabras y la voluntad de los hombres. Y eso se logra viniendo día a día ante el altar de Dios y presentarnos como adoración viva, ese sacrificio que se dispone a hacer solo lo que a él le agrade, es el resultado de una vida de adoración.

No hay comentarios:

Publicar un comentario