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domingo, 30 de noviembre de 2014

Santos ¡Y No de Yeso!


1 Pedro 1:15,16 Vivan de una manera completamente santa, porque Dios que los llamó, es santo. Pues la escritura dice: Sean ustedes santos porque yo soy santo.

Hay un tema musical secular de Armando Manzanero que dice así: El final, se acerca ya, lo esperaré, serenamente, ya ves, que yo he sido así, Te lo diré, sinceramente, viví, la inmensidad, sin conocer, jamás fronteras y bien, sin descansar, y a mi manera. Jamás, tuve un amor, que para mí, fuera importante, tomé, solo la flor, y lo mejor, de cada instante, viví, y disfruté, No sé si más, que otro cualquiera, y si, todo esto fue, a mi manera. Porque sabrás, que un hombre al fin, conocerás por su vivir, no hay por qué hablar, ni que decir, ni que llorar ni que fingir, puedo seguir, hasta el final, a mi manera. Tal vez lloré, o tal vez reí, tal vez gané, o tal vez perdí, ahora sé que fui feliz, que si lloré, también amé, puedo vivir, hasta el final, a mi manera.
Esta canción se titula “A mi manera”, y como pueden haber leído en su letra: Trata de alguien que hizo lo que quiso y vivió a su manera, como algo que le enorgullecía. Y termina diciendo: Pude vivir hasta el final a mi manera. Es decir: eso me trajo éxito y me lo gocé. Y este es el eslogan de la gente que pretende vivir de espaldas a Dios y ser feliz y exitosa.
El llamado que hace Pedro a andar en santidad no es nuevo. En el Antiguo Testamento también hay un llamado de parte de Dios al respecto. Dice: Levítico 11:44,45 Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy Santo; así que no contaminéis…Porque Yo Jehová os hago subir de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios: seréis pues santos, porque yo soy santo. Una vez más Dios instó a Su pueblo a andar en santidad.
Cuando se habla de la responsabilidad del creyente de ser santo, es directamente enfocado hacia nuestra consagración como cristianos- Y va directamente ligado a uno de los requisitos para ir al cielo. Dice: Isaías 35:8 Allí habrá una calzada, un camino, y será llamado Camino de Santidad; el inmundo no transitará por él, sino que será para el que ande en ese camino; los necios no vagarán por él.
Santo significa separado y dedicado exclusivamente al servicio de Dios; no es una virtud intrínseca del hombre, sino un compromiso que sigue luego de La santificación hecha por Cristo en nosotros por medio de Su sangre.
¡Sed santos! se refiere a un llamado a desarrollar un crecimiento continuo hacia una formación y madurez que producen ese carácter puro e intachable- que lejos de ser religiosos o fatuos seamos gente que cada día se esfuerza por complacer el corazón del Padre con su vida y obras. “La santidad no es un estado” sino el logro de vencer al pecado  que se nos presenta en bandeja de oro diariamente.
Por ejemplo: si mentías, cada vez que te encuentres tentado a mentir, decides no hacerlo, hasta que llegue el momento que ya no sea una tentación para ti. Y así sucesivamente con cada área débil de tu vida.
Nosotros somos hijos de Dios; los hijos se parecen a sus padres y nuestro Padre Celestial es “tres veces Santo”, podríamos verlo como una herencia paterna de Su ADN.
Esto no se puede fingir o falsear, ni se logra con rituales o una fórmula mágica, ni vestimentas, ni algún tipo de alabanza en particular. Cada quien sabe lo que le resta santidad, cual es su lado débil y contra qué tiene que lidiar a diario para no fallarle a Dios.
Mucha gente inconfesa, trata de vivir píamente y sin darse cuenta desean ser santos, pero fallan porque nadie por sus propias fuerzas puede lograrlo. Solo los redimidos por la Sangre de Cristo y sellados por el Espíritu Santo tenemos el privilegio de serlo. Dice: 1 Pedro 1:14-16 Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
El mundo está como está porque la gente es amadora de sí misma, no tiene sensibilidad por las cosas de Dios y mucho menos por su semejante. El hombre contemporáneo se caracteriza por vivir para sus deleites (como la canción inicial que les mencioné), quitan a todo lo que se le interponga para saciar sus deseos egoístas y por estar a la vanguardia.

La santidad es una decisión por Dios antes que por ti mismo, decídete antes de que sea demasiado tarde. ¡Cristo viene de un momento a otro! Y sin santidad, no le veremos.

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