Donantes de Abrazos.
Deuteronomio 33:27 "El Dios sempiterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre Sus brazos"
A pesar de que el mundo en que vivimos se ha vuelto frío y calculador, Nuestro Padre Celestial y Su mensaje siguen siendo "Kinestésico". El sabía que nosotros siempre necesitaríamos de Su roce, de Su toque, de Su abrazo. Por algo dice en Salmo 91:4 Te cubrirá con Sus alas, y debajo de ellas estarás seguro ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!
Pero El nos usa a nosotros mismos para que en oportunidades seamos Sus brazos aquí en la tierra.
A veces las palabras sobran...y la persona que Dios nos pone al frente únicamente necesita "un cálido abrazo"; Quizás en ese momento necesite esa demostración de amor y ternura de la que esté carente. A lo mejor con tu abrazo el Señor le esté comunicando: No estas solo, yo estoy contigo; O sencillamente le quiera hacer sentir: aceptación, apoyo, seguridad, confianza, gratitud, complicidad o consuelo.
Solo nos tenemos que dejar guiar por el Señor y ser "donantes" de esos abrazos como respuestas Divinas.
Que quede claro, que Dios no va a mandar a una chica soltera a abrazar a un hombre casado por 10 minutos y bien apretado. Pero como nuestro Padre no es religioso, si puede enviarla a darle un abrazo pero bajo otros términos- Que sea El quien ministre.
El deber ser en nuestro circulo íntimo y familiar es dar demostraciones de afecto como "Un Abrazo" sin ninguna razón en particular y sin que no los pidan.
Los esposos necesitan abrazarse, los padres deben abrazar a sus hijos y viceversa y los amigos de vez en cuando requieren de un buen abrazo.
Se dice que los abrazos ofrecen beneficios como: Fortalecer el sistema inmunológico, alivian el dolor, estrechan vínculos, reducen la ansiedad social, eliminan el estrés, protegen el corazón y hacen a la gente sentirse segura y amada.
El abrazo no roba energía sino que da fuerzas. Parece agarrarse pero en realidad te da libertad. En su calor nos encontramos afectuosamente.
Las cosas no pueden abrazarnos, pero en los abrazos nos hacemos personas... humanos.
¡Ve, anda, abraza mas! Y déjate abrazar. Niégate a formar parte de este mundo apático y se cálido extendiendo tus brazos en amor dirigido por el Eterno, que es experto en abrazos.
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