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viernes, 14 de noviembre de 2014

La Regla De Oro


Mateo 7:12 Así pues, hagan ustedes con los demás, como quieran que los demás hagan con ustedes, pues en eso se resume la ley y los profetas.

A veces asumo una posición analítica ante mi vida evaluando el por qué de algunos de los acontecimientos en los que me he visto afectada o favorecida. Y cuando observo algunas de las vivencias o episodios que me han marcado en la vida, me doy cuenta que varias de ellas me las he buscado, otras estoy segura que Dios las ha permitido;  pero hay un alto porcentaje que parecieran un rebote de lo que le hice a alguien en alguna oportunidad. Dice: Eclesiastés 7:21,22  Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti; porque tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas veces.
Jesucristo siempre anunció estas palabras en sentido positivo, y puso su énfasis en el “Hacer”, porque para hacer debemos pensar, planificar, movernos y actuar- “Para hacer hay que ser”. Y aunque hay muchas personas que no hacen mal a nadie, pero tampoco hacen bien; Por lo tanto tomar la decisión de “Hacer bien” es accionar en todo lo que Dios nos enseñó en Su Palabra, es ese poner en práctica todo lo que predicamos.  Mantenernos en una posición pasiva (sin amar, ni servir, ni orar por los demás), viene siendo igual a hacerles daño, porque ignoramos a nuestro semejante y nos comportamos como egoístas.
Este verso comienza diciendo: “Así que”. Estas son palabras que indican la conclusión de lo antes dicho. En este capítulo 7 se viene hablando sobre el hecho de no criticar ni juzgar a los demás y también de saber pedir, que tiene mucho que ver con las relaciones correctas entre los hombres.
Cabe destacar, que la mayoría de los problemas entre los seres humanos son causados por omitir esta regla en sus relaciones interpersonales, porque no se dejan mover por el amor Divino y el hecho de ser condescendientes con las necesidades o carencias del prójimo. Dice: Romanos 13:8-10 No debáis nada a nadie, sino el amaros unos con otros; porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Hacer daño, maltratar física y verbalmente, menospreciar, difamar, envidiar, jugar con los sentimientos de los demás, incumplir nuestras promesas y un sinfín de conductas faltas de amor como tratar sarcásticamente al que se nos acerca, son tácitas en este verso de Mateo 7:12. Y por supuesto que no queremos que otros practiquen tales cosas con nosotros, por lo tanto no debemos practicarlas con ellos- por aquella otra ley de la siembra y de la cosecha, que sabiamente anunció el profeta, en: Oseas 8:7 Porque sembraron viento, y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la comerán.
En este ínter actuar diario hay varios principios que debemos aplicar para no saltarnos esta regla:
1) El principio universal del amor “combatiendo el pecado”, para que no nos enfríe el amor. Dice: Mateo 24:12 Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
2) Permitamos que el amor de Dios nos domine. Dice: 2 Corintios 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe. Cuando estamos impregnados del amor de Dios y llenos de Su Presencia, difícilmente actuaremos con egoísmo o seremos maltratadores y vengativos.
3) Midiendo cuidadosamente nuestras palabras. Como lo dijo el sabio en: Proverbios 16:32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. Una cosa es la sinceridad y el tener ciertos conocimientos con los que podemos exhortar u orientar a otros, y otra es atropellarlos con ellos.
4) Diciendo las verdades en amor. Puede ser muy cierto lo que estamos diciendo, pero si la motivación junto con el lenguaje gestual no va cargado de ese amor ¡fracasaremos! Dice: Santiago 3:2 Porque todos ofendemos muchas veces, si alguno no ofende de palabra, este es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
5) Seamos comprensivos y buenos oidores. Cuidémonos de ser ametralladores de palabras sin dominio propio ni sabiduría. Dice: Santiago 1:19 Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Ser comprensivos y saber oír es como ponerse en los zapatos de otros y caminar un rato con ellos. No debemos estancarnos o encapricharnos de ver las cosas solo desde el ángulo donde estamos nosotros parados, para esto es necesario pararnos en el lugar del otro para poder comprenderlo y saber la óptica desde donde mira, pero sobre todo, que lo que gobierne no sea mi punto de vista sino lo que dice la biblia al respecto.
6) Tengamos una vida en el Espíritu. Que todo lo que digamos o hagamos proceda de una voluntad rendida al Eterno. Dice: 1 Pedro 2:15 Porque esta es la voluntad de Dios; que haciendo el bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos. A veces nos queremos hacer jueces o pretendemos arreglar la vida de otros por nuestras experiencias únicamente, pero si no estamos llenos del Espíritu Santo, de nada sirven muchos testimonios y palabrería.
Y recuerda: No le hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan…

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