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jueves, 20 de noviembre de 2014

Los Criterios Errados.


Isaías 5:20 ¡Ay de ustedes, que llaman bueno a lo malo y malo a lo bueno; que convierten la luz en oscuridad, y la oscuridad en luz; que convierten lo amargo en dulce y lo dulce en amargo!

Cuando entablo una conversación seria y madura con alguien, regularmente por una u otra razón terminamos hablando de lo que dice la Biblia y los valores que ésta trata de inculcar.
En repetidas ocasiones en esas charlas me he topado con el tipo de gente que se dicen ser buenas y con otras que están muy adaptadas a los criterios de este mundo, y que me hacen afirmaciones como: ¿Para qué casarme, si la diferencia está en el papel que se firma? ¡Mejor vivo en concubinato con mi pareja! Así el día que nos cansemos uno del otro, nos separamos y ya… de esa manera no le estamos haciendo daño a nadie. Dice: Lucas 11:35 Mira pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad.
Llamar bueno a lo malo y malo a lo bueno significa “Confusión”.  Es una figura exacta de los inconfesos o falsos profetas, que andan de casa en casa presentado sus puntos de vista que contradicen a las Sagradas Escrituras y confunden a los débiles. Dice: Proverbios 3:7 No seas sabio en tu propia opinión: Teme a Jehová, y apártate del mal.
La biblia es contundente respecto a este tema. Dice: Malaquías 2:17 Habéis cansado al Señor con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Todo el que hace mal es bueno a los ojos del Señor, y en ellos él se complace; o: ¿Dónde está el Dios de la justicia?
Es muy fácil decir ¡Nadie puede decidir por otro lo que es bueno o malo! pueden pensar tal vez que embriagarse no es dañino, que las relaciones extra matrimoniales no son malas o que el amor al dinero no los controla de verdad; Pero cuando damos excusas por nuestras acciones, quebrantamos la diferencia entre el bien y el mal. Si no tomamos la Palabra de Dios como nuestra regla de vida, pronto todas las alternativas morales de nuestro proceder parecerán confusas, porque sin Dios vamos directo al fracaso.
La moralidad moderna con su tendencia a disimular el mal y a modificar el concepto de la perversidad, hace cualquier cosa para darle apariencia de algo justo y recto a lo que es realmente malo y dañino. Porque ven el engaño como un modo de prosperar, el adulterio sólo como placer ocasional, la mentira sólo un medio para un fin y la homosexualidad la ven livianamente como el resultado de una diferencia en la composición de cuerpo; y acomodan el pecado con tanta liviandad que ya “Nada es malo”, todo es normal porque el mundo así lo ve, y ellos dicen ser de mente abierta.
Pero La Biblia nos hace un llamado de atención a no caer en los engaños de este sistema gobernado por el libertinaje, ni a acomodar lo santo de Dios a lo impuro del mundo, para sentirnos cómodos o aceptados. Dice: 2 Corintios 6:14 ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas?
Dice: Eclesiastés 12:14 Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

Por eso al pecado hay que llamarlo por su nombre. No negociemos nuestros principios, valores y diseño original por complacer a nadie…incluso, a nosotros mismos.

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