La Reciprocidad
en la Amistad.
Proverbios
18:24 El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más
unido que un hermano.
El
tema de la amistad fue creado en el cielo, y normalmente en las iglesia solo se
utiliza para dar talleres a los jóvenes; Pero he notado que a los adultos nos
falta mucho por aprender y madurar respecto a este punto.
Un
amigo, es esa persona a quien tenemos un afecto especial y desinteresado,
alguien a quien podemos contar algunos de nuestros secretos. Amigo es aquel que
está dispuesto a darte la mano aun cuando tu sabes que no la mereces. Es esa
persona especial con la que tienes una afinidad diferente e importante.
Pero que sea una bendición y que haya
nacido en el corazón de Dios, no quiere decir que no habrá impases entre
amigos. Puede ser que tengamos roces o diferencias, eso
forma parte de la vida; lo importante es que aprendamos. Dice: Proverbios 27:17 Hierro con hierro
se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.
Aguzar significa sacar filo, afinar,
forzar el entendimiento o un sentido, para que preste más atención o se haga
más perspicaz. Entonces, son “Esos roces” en los que chocan los distintos
caracteres entre amigos en los que
aprendemos y es probada la amistad. Por eso es un error o una falsa expectativa
cuando buscamos en el amigo una fotocopia de nosotros, buscando que piense como
yo y me dé la razón en todo.
Conozco personas que siempre repiten con pesar que no tienen
amigos, que todos los que pensó tener lo han decepcionado; Que le queda sólo su
mamá de amiga, pero que tampoco con ella puede compartir todo... Y la verdad,
es que una afirmación semejante al principio me causaba cierta compasión, pero
viéndolo al trasluz de esta Palabra, me di cuenta que tenía que haber un trasfondo
de un comportamiento errado en la persona que hacía tal afirmación. Porque
Lastimosamente algunos de nosotros no cuidamos ni cultivamos verdaderas amistades, pero nos creemos las
víctimas por no poseer amigos. En oportunidades tenemos actitudes que espantan
bonitas relaciones de amistad y luego nos victimizamos. La amistad en la vida cristiana tiene que ser sincera y sin
esperar nada a cambio, porque no nos regimos según el modelo del mundo.
Y la verdad es que amigos verdaderos no puede tenerlos cualquiera,
porque para hallarlos, tenerlos y conservarlos, hay que “Mostrarse amigo”. Dice:
Proverbios 17:17 En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en
tiempo de angustia. Esto es como un
matrimonio: en las buenas y en las malas. La buena amistad se nutre de desinterés, amor y lealtad.
A través de mi vida
como cristiana he observa algo muy contradictorio. Me refiero a que conocemos a
muchos hermanos, algunos de los cuales no vemos nunca más; con otros compartimos
en cierta oportunidad y ya no más; a algunos los saludamos cuando los vemos por
ahí; otros son esos con los que nos vemos y mantenemos conversaciones
superficiales como ¿Cómo estas hermano? Bien gracias ¿y tú? Bien… y eso es
todo. Pero ¿Cuántos de ellos han sido verdaderamente nuestros amigos? Quizás algunos
responderán: ¡Ninguno! ó darán como
excusa: ¡Es que tienen su grupito! O
quizás dirán simplemente: No tengo tiempo para amigos, entre mi familia y el
trabajo me absorben por completo, en la iglesia me dedico a lo mío y me voy. Ciertamente
vivimos muy ocupados, pero para todo debe haber tiempo.
Dice: Eclesiastés
4:9-10 Mejores
son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el
uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá
segundo que lo levante. Alguien dijo: Quizás solo llegaras más rápido, pero
acompañado llegaras más lejos.
:
“La amistad no es exclusividad”; Una parte clave de mostrarse amigo es que hay
que entender que mis amistades no son exclusivos o de mi propiedad,
ellos pueden tener más amigos. Un verdadero amigo está dispuesto a compartir a
la persona que considera amiga.
Una
verdadera amistad basada en el amor, con honestidad,
con sencillez y sin segunda intención, nunca va a ser estéril. Porque estamos
sembrando y quizá cosechemos en otro tiempo o en otro lugar, pero más temprano
que tarde hallaremos un amigo, aquel que esté en sintonía con nuestra alma, aquel
que también dará amor por la pura pasión de dar. Disfrutemos de nuestros amigos, mostrémonos amigos, cosechemos buenas amistades, porque eso es agradable delante de Dios.
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