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martes, 18 de noviembre de 2014

La Reciprocidad
en la Amistad.



Proverbios 18:24  El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.

El tema de la amistad fue creado en el cielo, y normalmente en las iglesia solo se utiliza para dar talleres a los jóvenes; Pero he notado que a los adultos nos falta mucho por aprender y madurar respecto a este punto.
Un amigo, es esa persona a quien tenemos un afecto especial y desinteresado, alguien a quien podemos contar algunos de nuestros secretos. Amigo es aquel que está dispuesto a darte la mano aun cuando tu sabes que no la mereces. Es esa persona especial con la que tienes una afinidad diferente e importante.
Pero que sea una bendición y que haya nacido en el corazón de Dios, no quiere decir que no habrá impases entre amigos. Puede ser que tengamos roces o diferencias, eso forma parte de la vida; lo importante es que aprendamos. Dice: Proverbios 27:17 Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.
Aguzar significa sacar filo, afinar, forzar el entendimiento o un sentido, para que preste más atención o se haga más perspicaz. Entonces, son “Esos roces” en los que chocan los distintos caracteres entre amigos  en los que aprendemos y es probada la amistad. Por eso es un error o una falsa expectativa cuando buscamos en el amigo una fotocopia de nosotros, buscando que piense como yo y me dé la razón en todo.
Conozco personas que siempre repiten con pesar que no tienen amigos, que todos los que pensó tener lo han decepcionado; Que le queda sólo su mamá de amiga, pero que tampoco con ella puede compartir todo... Y la verdad, es que una afirmación semejante al principio me causaba cierta compasión, pero viéndolo al trasluz de esta Palabra, me di cuenta que tenía que haber un trasfondo de un comportamiento errado en la persona que hacía tal afirmación. Porque Lastimosamente algunos de nosotros no cuidamos ni cultivamos verdaderas  amistades, pero nos creemos las víctimas por no poseer amigos. En oportunidades tenemos actitudes que espantan bonitas relaciones de amistad y luego nos victimizamos. La amistad en la vida cristiana tiene que ser sincera y sin esperar nada a cambio, porque no nos regimos según el modelo del mundo.
Y la verdad es que amigos verdaderos no puede tenerlos cualquiera, porque para hallarlos, tenerlos y conservarlos, hay que “Mostrarse amigo”. Dice: Proverbios 17:17 En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Esto es como un matrimonio: en las buenas y en las malas. La buena amistad se nutre de desinterés, amor y lealtad.
 A través de mi vida como cristiana he observa algo muy contradictorio. Me refiero a que conocemos a muchos hermanos, algunos de los cuales no vemos nunca más; con otros compartimos en cierta oportunidad y ya no más; a algunos los saludamos cuando los vemos por ahí; otros son esos con los que nos vemos y mantenemos conversaciones superficiales como ¿Cómo estas hermano? Bien gracias ¿y tú? Bien… y eso es todo. Pero ¿Cuántos de ellos han sido verdaderamente nuestros amigos? Quizás algunos responderán: ¡Ninguno! ó  darán como excusa: ¡Es que tienen su grupito!  O quizás dirán simplemente: No tengo tiempo para amigos, entre mi familia y el trabajo me absorben por completo, en la iglesia me dedico a lo mío y me voy. Ciertamente vivimos muy ocupados, pero para todo debe haber tiempo.
Dice: Eclesiastés 4:9-10 Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Alguien dijo: Quizás solo llegaras más rápido, pero acompañado llegaras más lejos.
: “La amistad no es exclusividad”; Una parte clave de mostrarse amigo es que hay que entender que mis amistades no son exclusivos o de mi propiedad, ellos pueden tener más amigos. Un verdadero amigo está dispuesto a compartir a la persona que considera amiga.

Una verdadera amistad basada en el amor, con honestidad, con sencillez y sin segunda intención, nunca va a ser estéril. Porque estamos sembrando y quizá cosechemos en otro tiempo o en otro lugar, pero más temprano que tarde hallaremos un amigo, aquel que esté en sintonía con nuestra alma, aquel que también dará amor por la pura pasión de dar. Disfrutemos de nuestros amigos, mostrémonos amigos, cosechemos buenas amistades, porque eso es agradable delante de Dios. 

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