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miércoles, 26 de noviembre de 2014

La Sensación
De Profunda Tristeza.


Salmos 42:5 ¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y salvador!

En esta oportunidad los hijos de Coré, le hablan desde una posición de fe a su alma que se había sublevado en contra de sus convicciones, por lo que veían que sucedía a su alrededor.
Los hijos de Coré (Músicos y ayudantes del templo), autores de este Salmo, estaban melancólicos, desalentados y deprimidos, porque se encontraban exiliados;  muy lejos de su tierra, y no podían ir a adorar al templo de Dios durante las fiestas establecidas en aquellos tiempos.
En aquel momento, ellos enfocaban su mirada únicamente en las cosas de la tierra y habían caído en un estado de desesperanza drástico. Como le pasaba a David, cuando se deprimió a tal punto que dijo en: Salmos 38:6 Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera, ando enlutado todo el día.
Lo más común en los que pasan por esa situación apesadumbrada, lo proclamó Asaf, en: Salmos 77:3 Cuando dijo: Me acordaba de Dios, y me conmovía; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Era su duda el centro de atención y todo aquello lo llevó a la angustia. El común denominador de las personas que se encuentran en esta situación es que sienten a Dios lejos, su fe se apoca y los dominan emociones negativas de profunda tristeza.
La depresión: es una de las enfermedades emocionales más comunes en este tiempo; Es un padecimiento que se ha propagado afectando a millones de personas, tanto a cristianos como a no cristianos; Y quienes la sufren pueden experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga, etc. Empiezan a sentirse inútiles y aún pensar en quitarse la vida, perdiendo el interés en las cosas y dejan de disfrutar con personas con las que antes lo hacían. Con frecuencia es acrecentada por circunstancias por las que están pasando, como: la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas psicológicos como: derrotas, tristezas mal tratadas, abusos o la baja autoestima. Esto trae como secuela un trastorno en el cerebro que trasciende al ánimo, la conducta y la forma de pensar; Aún el área espiritual se ve afectada porque es una puerta abierta donde aprovechan de entrar muchos entes malignos a sabotear la fe y el proyecto de Dios para esa vida.
Esto es delicado, porque a veces no le damos importancia a una cosa tan simple como no comer o no dormir como se debe y no reposar suficiente, y eso puede ser causa de depresión. También Las reacciones a ciertos medicamentos pueden afectar el humor o disposición de una persona. O Si alguien toma sedantes o tranquilizantes durante un lardo periodo de tiempo, puede ser un candidato a una depresión.
¿Cuántos de nosotros no hemos sentido depresión algún momento de nuestras vidas? Y ¿A cuántos Dios nos ha sacado de esa situación? Pero la transición de estar en ella y salir de ella, es comenzar desde esa pregunta que se formuló a sí mismo el salmista: ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?  Y en darse esa respuesta mediante la búsqueda del Señor: Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Aunque el estar deprimido no es pecado, el cristiano es responsable de la manera como responda a la aflicción, incluyendo el obtener la ayuda  que necesite; El pecado radica en entregarse a la depresión al punto que sus hechos nieguen su fe y la eficacia del poder de Dios. No vivamos pensando solo en nosotros y acariciando las emociones negativas, miremos nuestro destino profético y corramos a él mientras servimos, amamos y somos útiles en todo lugar.
Las Sagradas Escrituras siempre serán “Un libro de acción y no un libro de solo contemplación”.  Sigue sus instrucciones y no temas ni dejes que el temor te detenga. Comencemos por ejercitarnos en la alabanza así nuestra carne se resista. Dice: Salmos 71:14 Mas yo esperaré continuamente, y aún te alabaré más y más.
Recomendaciones anti depresivas:
1-Deshazte de los resentimientos diariamente. Efesios 4:26 Airaos pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.  No se vayan a la cama enojados con otra persona. 
2-Haz todo lo que puedas por resolver los conflictos familiares y con todos. Romanos 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres
3-Cada semana, preferiblemente cada día, encuentra algo productivo que te haga sentir útil y te sientas bien con Dios y contigo mismo. Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".
4- Ayuda a alguien que lo necesite. Hebreos 13:16 Y no se olviden ustedes de hacer el bien y de la ayuda mutua, porque de tales sacrificios se agrada Dios.
5-Comprométete a una relación íntima y amorosa con Jesucristo en tu vida diaria.
6-Haz tiempo para compartir en compañerismo con uno o dos buenos amigos, estudien la biblia, oren.
7-Reordena tus prioridades de acurdo a la voluntad de Dios. 
8-Haz ejercicios, esto ayuda a drenar y trae salud y vigor al cuerpo.
9- Si es necesario, busca ayuda espiritual, médica o profesional.

10- Toma unas vacaciones donde hagas higiene mental.

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