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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un Buen Contraste



Mateo 10:16 ¡Miren! Yo los envío a ustedes como ovejas en medio de lobos. Sean pues, astutos como serpientes, aunque también mansos como palomas.

Hay un dicho popular muy repetido en el medio cristiano que dice: ¡Manso pero no menso! Y regularmente lo dicen cuando están demandando de ellos una actitud que sobrepasa la mansedumbre por el simple hecho de ser creyentes; O cuando se sienten subestimados por profesar su fe y tienen el deber de estar calmados como sin derecho a alterarse por nada o  emitir su opinión u objeción en ningún momento- El airarse no es pecado, el pecado radica en lo que se hace o dice cuando se está en ese estado emocional  (Efesios 4:26 Airaos pero no pequéis…).
El Señor siempre nos ha advertido que el mundo en el que vivimos no es precisamente un paraíso agolpado de bondad por donde miremos. Quiere que abramos bien los ojos ante el carácter voraz de los hombres que pueblan la tierra y "no le temen". Dios nos envía a este mundo, no por capricho ni por azar, sino con una misión: “Implantar Su Reino” permaneciendo como ovejas de Su prado - a pesar de estar rodeados de lobos; pero nos insta a que asumamos una posición sabia ante tal situación. Su consejo es: sean “Prudentes como serpientes y sencillos como palomas”. Yo lo diría de la siguiente manera: En guardia sigilosa contra sus movimientos, pero sin perder la sensibilidad y el amor. Como dice Romanos 16:19 Porque la noticia de vuestra obediencia se ha extendido a todos; por tanto, me regocijo por vosotros, pero quiero que seáis sabios para lo bueno e inocentes para lo malo.
Mansos o “prudentes”, pero Astutos o “sencillos”: Evidentemente es un llamado de Dios a tener el equilibrio perfecto como hijos suyos en medio de tanto ataque y confrontación; donde estamos siendo bombardeados, vistos, evaluados y probados, porque somos “libro abierto leído por todos” dice la biblia.
Dios nos muestra el “Verdadero Equilibrio”. Una de las debilidades de los creyentes es que carecemos de equilibrio y rayamos en el extremismo. Para que nos encaminemos a una madurez en Cristo debemos comenzar por procurar éste, ejercitándonos en la prudencia y la sagacidad- En la justa medida y proporción del Espíritu, sin convertirnos en maliciosos o bobos por salirnos de los limites que nos coloca el Señor.
Ese equilibrio se trata de que a pesar de que hayan fuerzas encontradas en nuestro derredor y manejemos muchas verdades como: la autoridad en Cristo, los frutos del Espíritu, la unción y todo eso esté enfrentado con los embates exteriores, como: dificultades, abusos de autoridad, ataques del enemigo, etc. Sepamos manejarlo con toda sabiduría y haya una compensación de todas estas verdades, fuerzas y vivencias, para mantenernos sin caer ni claudicar ante la maldad.

La explicación resumida de todo esto está en ser como Jesús, dicha en: Mateo 11:29 "Manso y humilde de corazón". Si, la mansedumbre describe perfectamente el carácter correcto y está ligada a un tremendo coraje en medio de la reprensión, sin  hipocresía ni disimulo y a una desbordante vitalidad en saber manejar cada situación con amor y sabiduría.  Si queremos llegar a ser cristianos maduros y aprobados por Dios, debemos comenzar por ser equilibrados aplicando este contraste: “Mansos pero astutos”.

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