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lunes, 29 de diciembre de 2014

Buzos fuera del agua

Efesios 4:19 Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes.

Lascivia, inmoralidad, sensualidad; Todas estas son usadas en el mismo texto y en la misma porción bíblica en diferentes versiones.
Ellas se gestan en una mente gobernada por el pecado, producto de un corazón corrompido por el mismo y entregada sin ningún tipo de pudor o temor a Dios. Dice en: Romanos 1:24 Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos.
Según el diccionario, “la lascivia” es la propensión de los deleites carnales y los deseos sexuales sin control; Donde la persona mira al prójimo de una manera morbosa con intenciones guiadas por las “Pasiones desordenadas”, que son: los deseos excitantes, compulsivos, obsesivos y por un breve tiempo suelen ser insaciables. También se dice de la lascivia, que es el apetito carnal inmoderado a algo. “Un fruto de la carne”.
. En este capítulo a los Efesios 4 viene dando como una lista de cosas que hicieron que perdieran la sensibilidad a Dios, y por ende, se desenfrenaron y su conciencia nada les reprocha: Se entregaron a la vida pagana, viviendo en vanidad, tinieblas, alejamiento de Dios, dureza de corazón…entonces se pervirtieron, y como resultado vino la pérdida de toda sensibilidad, que no es otra cosa que dejar de sentir el dolor o señalamiento de Dios al pecar o preocuparse por él. Dice: Romanos 1:27 Los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debido a su extravío.
Por otra parte en Mateo 5:8 dice: Pero yo os digo que cualquiera que mire a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Podemos decir que la lascivia también es, “Esa segunda mirada” que nos lleva a la codicia, esa adicción insaciable al placer de mirar. Acá Jesucristo hace un énfasis referente al acto de mirar de forma morbosa.
Santiago 1:14,15 habla de cómo sedemos al pecado por nuestra propia concupiscencia: Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Concupiscencia es la propensión de los seres humanos, que sin temor a Dios obran  mal o con apetito desordenado de placeres deshonestos.
Tal lascivia es una forma de idolatría, porque dependen de estar alimentándose de ella en cualquiera de sus formas. Esta persona vive con remordimiento de conciencia, vive huyendo de sí mismo y no se acerca a Dios porque le da pena.
Miren bien lo que dice el Señor en: 1 Tesalonicenses 4:3-6 Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os apartéis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa controlar su propio cuerpo en santificación y honor, no con bajas pasiones, como los gentiles que no conocen a Dios; y que en este asunto nadie atropelle ni engañe a su hermano; porque el Señor es el que toma venganza en todas estas cosas, como ya os hemos dicho y advertido.
Por ejemplo: La masturbación viene por la lascivia y complace al espíritu de la lujuria. Usted se vuelve como el espíritu al que se somete. Sometido al Espíritu Santo, la santidad está manifiesta en su vida. Sometido al espíritu de la lujuria - el cual es en realidad una búsqueda complacer a la carne– la lujuria empieza a controlar su vida. 
Pero nosotros los cristianos somos llamados a nadar contra la corriente. Dice: 2 Corintios 10:5 Derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
Si de verdad deseamos poder vencer al pecado, necesitamos buscar a Cristo y mantenernos en santidad.

Tráigalo a la cruz para limpieza y liberación. La cruz es el lugar de nuestro rescate, donde cada aspecto de los trabajos del infierno han sido frustrados- Es donde encontraremos libertad del pasado y esperanza para mañana.

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