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domingo, 21 de diciembre de 2014

¿En que Depósito 

buscas Poder?



Zacarias 4:6 "...No depende del ejercito, ni de la fuerza, sino de mi Espíritu, dice el Señor Todopoderoso"

Cuando insistimos en obtener las victorias dependiendo de nuestra humanidad; llámese fuerzas, intelecto, títulos, experiencias u hombres que nos ayuden, terminamos cansados o frustrados en algún momento; sencillamente porque estamos acudiendo por auxilio al depósito equivocado.
A veces, ni cuenta nos damos que hemos asumido esa posición automática donde nos creemos pequeños dioses, pretendiendo resolver todas las cosas "con nuestras fuerzas"; porque en una oportunidad nos resultó de esa manera o porque a otro le fue bien haciéndolo así. Y poco a poco nos vamos independizando del Señor- Pero cuando esas decisiones equivocadas nos meten en apuros, salimos corriendo a clamar a El para que lo solucione y nos saque del atolladero en el que nos metimos por auto suficientes.
Dice Eclesiastes 9:11 En este mundo he visto algo mas: Que no son los veloces los que ganan la carrera, ni los valientes los que ganan la batalla; que no siempre los sabios tienen pan, ni los inteligentes son ricos, ni los instruidos son bien recibidos; todos ellos dependen de un momento de bendición.
Dios nos quiere enseñar a obtener las victorias de la manera correcta, a depender de El para que todo lo que hagamos lo obtengamos sobrenaturalmente con el poder de Su Espíritu; Desea que erradiquemos esa desconfianza en que El hará y que no desmayemos en la espera. Su Palabra establece: "Para el que cree, todo le es posible".
A pesar de que El utiliza hombres que dirigidos por Su Espíritu ayuden para la victoria, El sigue siendo quien da la orden, quien les da fuerza, quien les provee y los impulsa- Por lo tanto, nuestro deposito de fe no debe estar en ellos sino en el Dios Todopoderoso.
Dice 1 Samuel 14:6 Y Jonatán dijo al joven que llevaba la armadura suya: Ven y pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá el Señor obrará por nosotros, pero el Señor no está limitado a salvar con muchos o con pocos.
No luches en tus fuerzas, deja que el Espíritu de Dios obre en Su poder. Recuerda que no estas solo y anímate a seguir adelante porque ¡Suya es la gloria y nuestra la victoria!

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