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lunes, 22 de diciembre de 2014

Los Enemigos de la Cruz


Filipenses 3:18,19 Ya les he dicho muchas veces, y ahora se lo repito con lagrimas, que hay muchos que están viviendo como enemigos de la cruz de Cristo, y su fin es perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debería darles vergüenza. Solo piensan en las cosas de este mundo.

En la calle me consigo cualquier cantidad de no creyentes o descarriados que al momento de predicarles me ponen una objeción por algo que vieron u oyeron de un cristiano de mal testimonio. Regularmente trato de no engancharme con ellos en ese punto o citarle la porción donde dice la biblia en: Romanos 9:6 No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas. Pero estoy consciente que hay un alto porcentaje de los casos que me cuentan, que son reales.
Entre ese grupo están aquellos que vivieron en un tiempo de la mano de Cristo y luego por decisión propia le dieron la espalda y optaron por vivir la vida de espaldas a él. La Biblia dice que hasta el diablo cree y tiembla.
En el contexto cultural de hoy en día, no entendemos muy bien el concepto de “Cruz” porque pertenece a otra época. Pero en los tiempos de Jesús la cruz era sinónimo de la muerte o el sufrimiento que se padecía por defender las creencias, para la expiación de nuestros pecados y salvación de nuestras almas.
Primeramente debemos tener claro el cumplimiento de ese propósito de la cruz. Dice: 1 Pedro 2:24 Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero. Entonces se puede decir que: Un enemigo de la cruz se olvida de Jesucristo como nuestro sustituto; Esta persona por voluntad propia vuelve a la esclavitud del pecado y opta por el menosprecio del don de Dios. Dice: Hebreos 6:4-6 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos participantes del Espíritu Santo, y así mismo gustaron de la buena palabra y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Dos características de los enemigos de la cruz son: “Su sensualidad y su amor al mundo”:
*Dice el verso inicial: Cuyo dios es el vientre”. Esto nos habla de personas que viven en deleites y en placeres puramente terrenales, distraídos de la vida santa que plantea el Señor; colocando en primer lugar la glotonería y la bebida- las viandas. Se trata de supuestos creyentes que más allá del buen comer o el vivir bien; el confort y las riquezas los tienen deslumbrados, han llegado al punto de endiosarlos y perdieron de vista a Dios. Son descritos claramente en: 2 Timoteo 3:4 Amadores de los deleites más que de Dios. Ya el Señor no es su deleite principal ni su suficiente satisfacción. Dice: 2 Pedro 2:13 Recibieron el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros se recrean en sus errores. En el libro de Judas 1:18-19 son descritos como los “burladores que andarán según sus malvados deseos... los sensuales, que no tienen al Espíritu”. Su burla no necesariamente es abierta y notoria, sino que radica en que aunque algunos sabiendo hacer el bien no lo hacen y se inclinan por el mal, pero lo disimulan y a sus adentros se ríen haciéndose pasar por feligreses o líderes y consagrados.
*Y luego continúa “Cuya gloria es su vergüenza”. Solo piensan en lo material o terrenal, en deleitar su carne y nada más: Su gloria es su vergüenza, no porque sientan vergüenza ellos mismos por su pecado, sino porque manchan el nombre del evangelio y se constituyen vergüenza de todos. Descritos en: 2 Pedro 2:14,18 Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar... seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones  a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. Algunos de los que siguen este camino han caído en la fornicación y el adulterio, tanto físico como espiritual; Y no sólo eso, sino que han buscado legitimar sus concupiscencias con la misma Escritura. Dice: Gálatas 5:19-21 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, descensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgias, y cosas semejantes a estas…que los que la practican, no heredaran el reino de los celos. Esto lo hacen solapadamente, actúan de encubierto y luego van a la iglesia y se portan como si nada ha pasado. Aunque existen grupos que tratan de enseñar desviaciones de la Palabra de Dios, para que sea practicado abiertamente y para su aceptación dentro de la congregación.
Actualmente, muchos buscan el interés de la gente mostrando que el evangelio no tiene exigencias desagradables a nuestra carne - adaptando los estándares de Dios a las exigencias del público, siendo que ¡Los estándares de Dios son inalterables y absolutos! No se pueden negociar ni mucho menos degradar. Dice: 2 Timoteo 4:3-5 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.

No pierdas tu identidad, tu salvación, ni tu santidad, se amigo de la Cruz y aún más íntimo del “Caballero de la Cruz”.

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