La Humildad es Premiada.
Proverbios 22:4 "La recompensa de la humildad y el temor al Señor son la riqueza, el honor y la vida"
En nuestra sociedad el concepto de manso o humilde está mal interpretado.
Por lo general alguien que reconoce ante los demás sus limitaciones o debilidades, que coloca la otra mejilla y no es soberbio, es visto como un soberano tonto. A nadie que sea modesto, dócil, que actúe con moderación, acato, sencillez y obediencia, se le ve como alguien digno de admirar sino como uno de carácter débil de quien se puede abusar.
Todo es producto del desconocimiento de Dios y Su Palabra o sencillamente porque deciden omitir ciertos estatutos que a su parecer no les conviene.
Dice Proverbios 29:23 El orgullo del hombre lo humillara, pero el espíritu humilde obtendrá honores.
Ser humilde no se trata de poses, situación económica o inclinaciones religiosas, sino de un corazón totalmente rendido en sus derechos y voluntad al Señor.
En la Biblia la humildad está asociada a la riqueza y el honor como recompensa de Dios por la misma. Hecho totalmente opuesto a la invitación a la altivez y al orgullo al que nos conduce este sistema anti Dios.
El orgullo es el virus mas terrible contra la humildad y siempre tratará de robarnos la bendición y la salud espiritual.
Vivir con humildad en esta sociedad abusadora y maliciosa no es tarea fácil; Es una carrera de obstáculos donde a diario vencemos la tentación y los frutos de la carne, y el trofeo será siempre: Bendiciones financieras, éxitos y buena salud.
Dice Colosenses 3:12 Vístanse pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, humildad, mansedumbre y paciencia.
Así que antes de hacer cualquier esfuerzo para hallar riquezas, honor o salud; comienza por ir a la presencia del Eterno e inyectarte ese antivirus llamado humildad, despojándote de todo vestigio de orgullo que haya en tu corazón.
La humildad se aprende, lo determinas, es algo que se logra a diario procurando imitar al Maestro.
Recuerda siempre que es mejor tener la aprobación de Dios que el aplauso de los hombres, así eso amerite bajar la cabeza para entrar en la escuela de la humildad- Porque para entrar por ese pequeña puerta debes achicar tu ego.
Y mas temprano que tarde tendrás tu recompensa.
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